lunes, 11 de abril de 2011

The hardest part is leaving you. Parte tres.

¡Aquí estoy de nuevo! :3
Lo siento por tardar, es que me empiezo a plantear para qué leches hice este blog ._.
Pero bueh, que ahí va la tercera parte. xX

Animal. Persona. Objeto. Planta.
Años. Meses. Semanas. Días.
El contraste entre felicidad y tristeza. Seco y mojado. Dulce y salado.
Triángulo. Círculo. Cuadrado.
Ya no estás vivo.

Esta mañana ha venido Sam a contarme que dentro de tres días podré salir de aquí. No sabría decir qué he sentido, una mezcla de alivio, felicidad y melancolía.
Ahora sé que dentro de unos días podré abrazar a mis amigos, a mi familia y volver a sentir el calor de los fans.

Hace ya casi un mes que estoy metido en esta clínica, y he pasado por todo.
Al principio pensé que no podría aguantar, que me tiraría por el primer balcón que viera para dejar de sentirme como me sentía.
Me levantaba con una presión enorme en el corazón, un nudo en la garganta y un sentimiento de soledad increíble. No podían venir a verme, no podían llamarme. Solo podía estar solo, rodeado de psicólogos y personas en el mismo estado catastrófico.

No comía, no bebía, ni si quiera me dio por componer canciones. Simplemente pensaba.
Pensaba en mí, en ella, en nosotros. Pensaba en mi padre, en mi madre, en mi hermana. En los chicos, en la banda. En la forma en la que mi vida cambió en dos milésimas de segundo.
Me planteé miles de veces el por qué del abandono. ¿Qué había estado haciendo toda mi vida para que gente tan importante como Frankie y mi padre me abandonaran de un día para otro? No supe contestar.

Phil, el señor que catalogaron como mi psicólogo, intentó sacarme la respuesta.
Nos tirábamos los días sentados en el jardín o en la habitación, mientras yo le contaba por todo lo que había pasado. Le conté lo de mi padre, lo de Frankie y todo el proceso de la banda.
Y lo único que ha sabido decirme hasta ahora, es que mi problema se está solucionando, que solo necesitaba un respiro. La verdad, no me ha arreglado nada.

Ahora mismo estoy en el jardín.
Es grande, bonito y muy verde. Es el jardín que todo niño pequeño dibuja en la casa de sus sueños, con la diferencia de que ésta no es la casa que quiero.
Miro a mi alrededor y puedo ver a muchas personas de mi edad, más mayores e incluso más pequeñas. Unos hablan con sus psicólogos, otros miran al cielo y el resto pasea observando cada detalle. Yo no sé qué hacer. Había pensado en dibujar algo pero..¿qué dibujo?

Miro a la derecha y puedo ver a Sam dirigiéndose hacia mí.
Creo que hoy no tengo que hablar con Phil, así que no entiendo qué quiere. Me incomoda su presencia cuando no es necesaria, me incomoda mucho.

- Dougie. - dice llamando mi atención - ¿Sabes qué día es hoy?

- Em..no. Solo sé que quedan tres días para que me vaya.

Ella asiente sonriendo y mira a la puerta del local como si hubiera alguien esperándola. Creo que hay algo que me he perdido, y no puedo intuir el qué.
Aquí los días pasan como si fueran siglos y no tengo nada que me indique en qué siglo vivo. No sé el día, la hora, el mes..nada. Es como si estuviera totalmente perdido. De hecho, lo estoy.

- Hay una persona fuera que ha pedido verte. - me responde - Dice que hoy es un día especial.

- ¿Quién es? - pregunto curioso - Un día especial..¿por qué?

- No sé, me ha dicho que lo entenderías. Y que te diga doce de Marzo, el día de hoy.

Doce de Marzo, doce de Marzo, doce de Marzo.
Me quedo unos segundos hasta que consigo reaccionar, hoy es el cumpleaños de Danny.
¿Cómo he podido olvidarlo? Me siento más idiota que nunca.

- ¿Enserio Danny está aquí?

- Sí, ha venido hace cinco minutos. - me responde - Espera.

Se aleja en busca de mi amigo y yo me empiezo a poner nervioso.
Hace un mes que no lo veo y nuestra despedida fue bastante fría. Estuve toda la primera semana pensando en por qué se había comportado así conmigo y me di cuenta de que le había decepcionado. Él me enseñó a sonreír y yo mandé su consejo a la mierda.

Levanto la vista del césped y lo veo llegar con Sam. Viene sonriendo, y puedo decir que no es una sonrisa falsa.
Cuando estamos a la misma altura, ella se va dejándonos solos. Provocando así, el silencio más incómodo de mi vida.
No sé qué decir, cómo empezar la conversación. No sé si preguntarle cómo le va con Georgia, o si están todos bien. No sé si decirle que lo siento por haberme comportado como me comporté o quedarme callado. Quizás solo baste con un simple 'felicidades'.

- Felicidades. - le digo mostrando mi mejor sonrisa - No tengo regalo pero..

- Solo quiero un abrazo, por favor. - me contesta.

Sonrío y abre sus brazos para que me camufle entre ellos.
Y la verdad, echaba de menos ésto. El calor de una persona, el cariño que desprende un abrazo verdadero, el hecho de poder contar las pecas de Danny una por una.
Lo cierto es que necesitaba un momento 'doble D' para sonreír un poco.

- Gracias. - le susurro aún entre sus brazos.

- ¿A mí? - responde separándose - A ti, por regalarmelo.

Vuelvo a sonreír.
Porque ver a Danny diciendo cosas como ésta no es algo que se pueda ver día a día. Sé lo que siente en cada momento, pero nunca se atreve a expresarlo. Es como un libro abierto que se cierra solo, es raro.

- Bueno dime, ¿cómo estás? - pregunta mientras vamos a sentarnos.

- Mejor. - sonrío - Tengo muchas ganas de salir ya, enserio.

- ¿Por qué? ¿No te tratan bien aquí? ¿Qué mierdas te dan de comer?

Y por primera vez en mucho tiempo, suelto una carcajada que se puede haber escuchado a kilómetros de aquí. La cara que ha puesto Danny mientras me preguntaba todas esas cosas ha sido increíble. Está preocupado, se nota.
Que conste que me gustaría decirle maravillas de la comida, pero ni si quiera la he probado lo suficiente como para opinar.

- Pues..bueno, sabes que soy rarito en eso de la comida. - río.

- Eres rarito en todo enano, en todo.

Nos llevamos un rato hablando y cuando me quiero dar cuenta, Sam está delante nuestra con cara de pocos amigos. Creo que Danny lleva demasiado tiempo conmigo, más del permitido.

- Lo siento, pero no puedes estar tanto tiempo aquí..

- ¿Eh? - dice el pecoso - Perdona, no sabía que había un tiempo limitado.

- Sí, y te lo has pasado con creces. Pero como es tu cumpleaños. - responde ella sonriendo.

Danny le devuelve la sonrisa y me mira. Es el momento de despedirse.
Ahora es cuando quiero preguntarle el por qué de la última despedida, pero me da miedo que vuelva a ponerse serio.
Se acerca, se queda varios minutos mirándome fijamente, y finalmente me abraza dejando un "nos vemos en tres días" como adiós.
Y aunque me sigo sintiendo pequeño, frágil e inseguro, tener a uno de mis mejores aquí hoy por petición suya, ha sido una dosis de adrenalina.


Ya es quince de Marzo, ha llegado el gran día. Mi día.
Por un momento pensé que los días nunca pasarían y que me quedaría aquí atrapado. Me asusté. Por muy estúpido que suene me asusté viéndome atado a una clínica en la que nadie conoce a nadie. Fue horrible.
Pero por suerte, cuando esta mañana Sam ha venido a despertarme con una gran sonrisa en la cara, me he dado cuenta de que había llegado mi momento.
Me ha dicho Phil que mi madre vendrá a recogerme, y que quizás algún amigo. Pero me da igual quién venga, la cosa es salir de aquí cuanto antes.

- Dougie. - dice Phil entrando en la habitación - Tu madre ya está aquí.

Recojo mis pocas cosas y me pongo en marcha.
Me siento como cuando tenía cinco años y tocaba irse de excursión. Cuando esas hormiguitas recorrían tu estómago antes de besarte con una chica, como cuando vas a salir por primera vez a un escenario.
Siento que voy a morir de felicidad en el preciso instante en el que mi madre me abraza y veo a Tom detrás esperando.

- ¡Por fin! - grita Tom. - Te echaba de menos en casa.

Lo abrazo con fuerza y nos montamos en el coche.
Tras un trayecto hasta casa de mi madre lleno de preguntas, la dejamos allí. Me consuela ver que está bien, que sonríe como hacía mucho tiempo que no sonreía.

- ¿Preparado para darle mimitos a Marvin? - pregunta Tom arrancando.

Me río y Tom me acompaña.
Durante el camino nos quedamos en silencio, no hace falta decir nada porque está todo más que dicho.
Llegamos, entramos en casa, suelto mis cosas y respiro el aire.
Huele a casa. A tranquilidad, comodidad..cariño. Huele a mí. Huele a algo que necesitaba.

- ¡Dougie! - exclaman Harry y Gio a la vez.

- Eh, eh, dejadle. A ver si le vais a agobiar. - salta Danny por detrás.

- Eso no decías el otro día cuando me abrazabas. - bromeo.

Todos reímos y escucho como Tom deja caer un "ha vuelto".
Me siento lleno, con fuerzas para empezar de nuevo. Con ganas de demostrarle al mundo que Dougie Poynter es el mismo de siempre, que simplemente necesitaba unas pequeñas vacaciones.

Pasamos las horas haciendo el idiota, pasando el tiempo perdido los cuatro juntos.
Por la noche, cuando solo quedamos Tom y yo en casa, se le ocurre hacer una webchat en Super City para que el mundo vea que estoy vivo.
Reconozco que me hace ilusión, que tengo ganas de ver lo que dice la gente. Pero el momento en el que asomo mi cabeza y veo mi cara, el Dougie decepcionado vuelve a mí.

- No seas tonto. - dice Tom cuando apaga el ordenador - No quiero que te sientas mal.

- No me siento mal Tom. Es solo que..¿has visto como estoy? He adelgazado mucho.

- ¿Y? Es normal..además, te recuerdo con quién vives. ¡No tardarás en ser un bollito!

Reímos en voz alta y veo sus ojos brillar.
No recordaba esa imagen, y la verdad es que es jodidamente bonita. Ver a Tom feliz es algo que hace feliz a cualquier persona, lo prometo.

- Espero que estés preparado para el tour. - me dice.

- Lo estoy. No sabes las ganas que tengo.

- ¿De verdad?

- ¡Muchísimas! - le respondo - He echado mucho de menos la banda.

- ¿A qué te refieres con la banda?

Para variar, Tom siempre quiere llegar más allá.
Sabe que con "la banda", no quiero decir Harry, Danny, él y yo. Sabe que no me refiero a un simple ensayo, o una canción. Sabe que hablo por encima de eso, muy por encima.

- Pues..a todo. A vosotros tres cada día dándome el coñazo, a componer canciones tontas, a buscar la forma de hacer nuevos vídeos, a las fans..no sé, a McFly.

- ¿A subir a un escenario? - pregunta.

- Exacto. Esa sensación de que estás solo en todo el mundo y estás haciendo lo que te gusta. Tocar el bajo y escuchar a la gente gritar porque le gusta lo que haces; cantar una canción que compusiste por pasar el rato y darte cuenta de que gran parte de tu ciudad se la sabe. Respirar el aroma de la música, la magia y el cariño. Saber que pase lo que pase, nunca estarás solo porque hay millones de fans dándolo todo por ti.

Suspiro y analizo mis palabras.
Creo que es de las cosas más sinceras que he podido decir nunca. Todo lo que acabo de decirle a Tom, es lo que siento dentro.
Todos esos días allí metido pensaba en cómo se lo habrían tomado los fans. Pensé en que a lo mejor se sentían decepcionados, mal porque me veían de otra forma o sorprendidos. Por un momento tuve miedo de volver y que me hubieran olvidado.

Pero luego me di cuenta.
Vi que McFly es algo más que una banda de mejores amigos que cumplen su sueño y viven la vida haciendo lo que más les gusta. McFly son millones de personas unidas por un mismo sentimiento, una misma emoción y un mismo mensaje.
McFly es vida.

- Me alegro de tenerte de vuelta. - dice Tom bostezando.

- Yo también de haber vuelto.

- Buenas noches Doug, que descanses.

Este es el momento en el que me doy cuenta de lo importante que son las cosas del día a día. Ahora puedo ver lo que me gusta mi cepillo de dientes o poner los pies encima del sofá. Puedo apreciar esas palabras con las que Tom se despide cada noche. Puedo ver, que aunque me haya ido, nada ha cambiado.
Y me alegro de todo eso.

viernes, 8 de abril de 2011

The hardest part is leaving you. Parte dos.

Parte dos de la historia de Dougie.
Por lo visto no os ha gustado mucho o yo qué sé pero..yo sigo subiendo. xDDD
Muacks xX

Mar. Cielo. Tierra. Universo.
Sol. Luna. Estrella. Planeta.
El cielo y el infierno siendo uno. Bueno y malo. Malo y regular.
Tempestad. Calma. Terremoto.
El límite rompiéndose.

Hace exactamente dos semanas desde que le confesé a Tom que necesitaba ayuda para superar ésto.
Desde entonces cancela el mayor número de entrevistas, grabaciones o situaciones en las que me pueda sentir incómodo.
Sé que no puedo desaparecer así como así de los medios, pero es lo que me gustaría. Encerrarme en la habitación y gritarle al mundo que estoy harto, que no quiero más. Decirle a quien sea que esté ahí arriba que si quería joderme, lo ha conseguido.

Me levanto de la cama cansado, no dormí nada anoche. Últimamente se está haciendo rutina, por más que lo intento no puedo conciliar el sueño.
Me acerco al baño y me miro al espejo. Doy asco, y asco en mayúsculas.
He dejado de ser el pequeño Doug que todos adoran, ahora soy un frágil Dougie que nadie puede manejar.
Tengo unas ojeras enormes, el pelo grasiento y los ojos rojos. La combinación perfecta para parecer un completo fracasado.
Me doy miedo, me doy pena, me doy asco.

Me pregunto qué he hecho con mi vida, qué estoy haciendo conmigo ahora mismo.
Dónde y cuándo se fue el Dougie que llevo siendo toda mi vida; y sobre todo, cuándo volverá. Me pregunto si la pesadilla terminará algún día o se quedará para siempre a mi lado. Me pregunto demasiadas cosas y no encuentro respuesta a ninguna.
Solo puedo llegar a la conclusión de que estoy metido hasta el fondo en esta mierda, y que no tengo ninguna salida cercana.

- Dougie, - dice una voz tras la puerta - ¿puedo pasar?

- Eh..sí, claro.

Harry abre la puerta y me dedica una sonrisa.
Supongo que vendrá a proponerme algún plan, aún sabiendo que no me apetece y que diré que no.

- Vengo a proponerte algo. - dice.

- Lo imaginaba. Y lo siento pero no, no quiero.

Sé que ha sido borde, pero son las palabras que han salido.
Y por desgracia, desde que me empecé a sentir así, palabras como esas son las que les dedico a mis mejores amigos.

- No es algo a lo que te puedas negar. - continúa Harry - Es una decisión.

- ¿Y quién la ha tomado?

- Tom, Danny y yo. - me responde serio.

Puedo ver en sus ojos que no está hablando de salir al parque o de dar un concierto. Puedo descifrar perfectamente qué quiere decir con "una decisión". Está claro que se refiere a una solución a mi problema, pero no sabe que mi problema no tiene solución.

- Hemos pensado que..podrías estar un tiempo en una clínica.

- No voy a estar en un loquero, ni lo sueñes.

- Dougie, es una clínica. Un sitio donde te ayudarán a pasar todo ésto. - dice - No será mucho tiempo.

Sus palabras entran en mí como miles de puñales.
No quiero ir a una clínica donde cientos de personas estén las veinticuatro horas del día mirando mi comportamiento. Donde no me dejen ni respirar por miedo a que me suicidie, donde no pueda ver ni sentir a nadie familiar. No quiero.

- Pero yo no quiero. - digo sintiendo un nudo en mi garganta.

- Lo sé, lo sabemos. Pero es la única solución..y lo sabes.

Eso es mentira, yo no sé nada.
No sé si meterme ahí se puede considerar si quiera una solución, no sé cuánto tiempo tardaré en recuperarme, no sé si quiero recuperarme.
Ni si quiera consigo saber quién soy en este momento.

- No voy a ir.

- Tienes que hacerlo, por nosotros, por la banda.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo y el calor sube por mi garganta.
¿Por qué ha tenido que tocar el tema de la banda? Sabe de sobra que no me gusta saber lo que estoy provocando en el grupo. Lo sabe y me lo recuerda.

La mano de Harry se posa sobre la mía en un intento de darme confianza, pero la aparto con fuerza.
No quiero que me toque, no quiero sentir la pena que me tiene. Ahora mismo lo único que me apetece es pegarle, pegarle por mandarme a un sitio así.

- Dougie..

No le da tiempo a terminar la frase cuando le estampo mi puño en la cara.
Diría que me siento mejor, que me he descargado, que es lo que necesitaba..pero sería mentira. Ahora el sentimiento de culpabilidad se apodera de mí, ahora me siento más mierda que antes, si es que es posible.

Me acerco a Harry, que tiene la mano puesta en el lugar del golpe y una cara de sorpresa extrema. No se lo esperaba, nadie se esperaría eso de mí; ni si quiera yo.

- Lo siento, lo siento, lo siento. - digo llevándome las manos a la cabeza - De verdad que lo siento.

- No importa, ha sido un impulso. - me contesta serio.

- No, no lo ha sido. Yo quería, yo..yo no sé qué coño me está pasando.

Las lágrimas acuden a mí y yo no pongo ningún impedimento en que salgan. Quiero llorar, quiero llorar hasta ahogarme con mi propio llanto.
No es justo que mi mal estado lo paguen las personas que más quiero, no lo es.

- Eh..tranquilo. - dice Haz acercándose a mí. - No pasa nada, de verdad.

- Solo sirvo para estropear todo lo que toco..

- No digas eso nunca más. - responde - Eso no es así, ¿me escuchas?

Pataleo de rabia y siento los brazos de Harry a mi alrededor.
Sabe que es lo que necesito ahora mismo, un abrazo. Algo que me muestre que no estoy solo, que hay alguien alumbrándome el camino; aunque éste sea de piedras.

No sé cuánto tiempo nos llevamos así, pero me ayuda a tranquilizarme.
Cuando nos apartamos, Harry me hace un gesto para que bajemos al salón, probablemente para seguir hablando de esa maldita clínica.

- ¿Qué piensas? - me pregunta Tom.

- No me gusta la idea.

- Enano.. - empieza Danny.

- Pero voy a ir.

Las caras de los tres cambian y expresan esperanza.
Sé que tienen cierta confianza en que todo salga bien y en que me curaré estando ahí dentro, por eso iré.

- Perfecto, mañana mismo puedes ir..si estás preparado, claro.

Contesto a Tom con un simple movimiento de cabeza y vuelvo a mi habitación. No quiero salir de aquí hasta que mañana vengan a recogerme para ir a ese infierno.
Me tiro en la cama, miro al techo y mi cabeza se llena de preguntas, como siempre. Giro la cabeza y miro la mesilla de noche: su foto.
¿Qué habría pasado si yo hubiera sido de otra forma? ¿Si hubiera cuidado un poco más lo que quiero? Todo habría funcionado si no fuera el enano que nunca crecerá.


Suena el despertador.
Supongo que es la hora de hacer un macuto e irme a la famosa clínica. Ni si quiera sé por qué ese maldito reloj que jode el sueño a la gente ha sonado, yo no lo puse anoche.

- ¿Listo? - pregunta Tom entrando sin llamar.

- No tengo más remedio.

Hago un intento de sonrisa que no funciona y me meto al baño.
Y otra vez esa imagen, ese reflejo que me es totalmente desconocido. Ese yo del mundo paralelo que me muestra lo peor de mí. Ese Dougie completamente hecho pedazos.

Bajo y me encuentro con mi maleta hecha, los gatos de Tom comiendo y los chicos hablando en la cocina.
Suspiro. No sé si quiero hacer ésto, no creo que quiera. Me parece mucho más fácil seguir soñando cada noche con que el final llegue pronto.

- Vamos. - dice Danny.

- ¿Todos? - pregunto.

- Sí, no tenemos nada mejor que hacer.

Sé que el ir todos significa que voy a estar bastante tiempo ahí metido, por eso se quieren despedir. Perfecto, Dougie odia las despedidas. Las odia mucho.
Tras una media hora de trayecto, llegamos a un edificio enorme.

- Bueno..hemos llegado. - anuncia Tom.

- Yo os espero aquí. - dice Danny. - Que te vaya bien Doug.

Y una sonrisa, eso es lo único que recibo de su parte. Ni un abrazo, ni un 'mejórate'. Ni si quiera un adiós con la mano, nada. Solo una sonrisa.
Harry también se queda en el coche, pero a diferencia de Danny, me da un abrazo enorme. Hace que me sienta menos pequeño, más protegido, más querido.

- Nos vemos pronto. - susurra en mi oído.

Se sube al coche, miro a Tom y nos vamos hacia la clínica.
Cuando entramos, Tom se pone a hablar con una mujer alta mientras yo observo el lugar. Es blanco, espacioso y limpio. Hay muchísimas habitaciones y un gran jardín.
Al parecer somos muchos locos en esta ciudad. Porque por mucho que Tom quiera negarlo, ésto es un puto loquero.

- Dougie..¿verdad? - me pregunta la mujer.

- Sí.

- Ven, te voy a enseñar tu espacio.

Miro a Tom inseguro y éste me proporciona la sonrisa más triste que le he visto nunca. Sus ojos brillan, sus manos sudan y su cara expresa culpabilidad. Es tan tonto que incluso puede que se sienta mal por meterme aquí, cuando lo que quiere es ayudarme.

- ¿Puedo despedirme? - le pregunto a la mujer.

Ella asiente y yo me acerco a Tom.
Le abrazo, le abrazo como si no hubiera mañana y fuera la última vez que le veo. Siento unas terribles ganas de suplicarle que no me deje aquí, pero sé que no debo hacerlo.

- No hagas esperar a la señorita. - me dice - Vendré pronto a recogerte.

Sonreímos y mi cabeza comienza a recordar.
"Vendré pronto a recogerte". Eso me solía decir mi padre todas las mañanas antes de ir al colegio. Odiaba ir a ese estúpido lugar en el que nadie me quería, en el que los niños se metían conmigo por ser más bajito y delicado de lo normal.
Y años después odié a mi padre. Porque lo último que supe de él fue que no me quería, que prefería dejarnos a vivir a mi lado. Porque nadie quiere a la gente como yo, por eso ella decidió alejarse.

Salgo de mis pensamientos y me doy cuenta de que hemos llegado a mi supuesto espacio.
Paredes blancas, una cama, vistas bonitas y papeles, muchos papeles. No hay nada más. Ni móviles, ni televisores, ni ordenadores. Nada que pueda acercarme a tener vida social, estoy completamente solo. Solo como yo quería.

- Dentro de una hora vendrá una persona a visitarte. - me comunica la mujer.

- De acuerdo..

- Sam, me llamo Sam. - dice sonriendo.

Respondo con un "ah" que denota indiferencia y sale de mi nueva habitación.
Se llama Sam, como mi madre. Mi madre..¿cómo lo estará pasando ella ahora? Seguramente también esté haciéndole daño con todo ésto. Porque Dougie no sabe hacer cosas buenas, Dougie tiene que hacer sufrir a las personas más importantes que tiene.
Y ahora es cuando entiendo que las historias se rompen, y que no hay nada mejor para morir que seguir viviendo.

jueves, 7 de abril de 2011

The hardest part is leaving you. Parte uno.

Volví para las pocas que me leeis con una historia de tres partes.
Es triste, es de Dougie y su tiempo en rehab y..bueno, quedáis avisadas por si sois muy sensibles. ¡Acaba bien! xD
Love :3

Dolor. Daño. Cansancio. Soledad.
Despedidas. Decepciones. Cambios. Errores.
El cielo y la tierra rozando la misma línea. Agua y fuego. Frío y calor.
Arena. Montaña. Inundación.
El final de todo.

Llevo varios días sintiendo muchas cosas, cosas extrañas.
Me levanto pensando en cuántas horas quedan para volverme a dormir, paso el día sentado e intento evitar a la gente. Ahora me gusta estar solo, no quiero la compañía de nadie.
Bueno sí, quiero la compañía de ella. Pero ella ya no está.

Hace una semana desde que Frankie y yo lo dejamos.
Me contó que ya no sentía lo mismo, que había otra persona y que prefería no seguir haciéndonos daño. Y me lo dijo sincera, con lágrimas en los ojos.
Me lo dijo sabiendo perfectamente lo que estaba provocando dentro de mí, con cierto tono de culpabilidad y la expresión más triste que le había visto nunca.

- No pasa nada, mejor ahora que luego cuando duela más.

Esas fueron mis palabras, la última frase que pude pronunciar. Lo último que le pude decir antes de que me abrazara y mis lágrimas se acumularan para no caer.
Y después de ese momento, apareció la catástrofe.
Se rompieron mis esquemas, mi rutina diaria, me rompí yo.
Dejé de lado a mis amigos y a todo lo que me rodeaba, solo quería estar solo. Igual que ahora.

Ahora me levanto cada día con menos ánimo, con menos ganas de hacer lo que debo.
Voy a las entrevistas, me siento y finjo escuchar cada palabra. Me preguntan y respondo con una sonrisa o una tontería, sabiendo que sea la pregunta que sea, mi respuesta será la correcta.
Ojalá los presentadores supieran el alivio que siento cuando se callan y suena la musiquita que anuncia el final del programa.

Después llegan los ensayos en el estudio.
Antes de empezar a sentirme así, esos ensayos eran lo mejor de las tardes. Tocar mi bajo, reír con mis mejores amigos y grabar los coros en alguna canción. Ahora es un suplicio.
Coger el bajo y sentir que no soy yo mismo el que lo está tocando, odiar los comentarios graciosos de Danny, ponerme de mal humor si Harry se acerca a abrazarme y no hablar con Tom. Cosas que nunca pensé que haría se están convirtiendo en mi rutina.

Y por último, ir a casa.
Si no fuera porque me vine a vivir con Tom después de lo de Frankie, sería el mejor momento del día.
Sé que no lo entiende, pero lo único que me apetece al llegar es tirarme a la cama y no volver a despertar. Cerrar los ojos y sentir que el mundo es mío, que lo domino. Sentir que no soy yo el atrapado, si no el que atrapa. Cerrar los ojos y volver atrás.

Por desgracia, eso es imposible. Y en el caso de que fuera posible, Tom nunca me dejaría hacerlo.
Siempre que llegamos me hace un café caliente, me tiende una manta y nos sentamos en el sofá a ver la tele. A veces me mira intentando llegar a mis pensamientos; otras, me abraza sin decir nada. Solo él entiende lo que estoy sintiendo, solo él lo sabe a la perfección.

Por eso me trata como si fuera uno de esos perritos indefensos que nadie quiere y que todo el mundo abandona. Como si me fuera a romper en cualquier momento si me deja solo; como si fuera uno de esos pollitos que está a punto de salir del huevo pero que nunca lo consigue.

Por eso no puedo negarle el café y decirle que me quiero ir a la cama, que quiero estar solo.
Me limito a sonreírle como modo de agradecimiento y nos quedamos así, en silencio. Y cuando siento que no puedo más, parece que aviso a Tom de forma telepática, ya que me mira y decide que es la hora de dormir.

- Buenas noches Doug, que descanses.

Palabras que me repite todas las noches, ninguna falla.
Me sonríe, le devuelvo la sonrisa y cada uno se va a su habitación. Y ahí es cuando mi mundo cobra vida. Ahí es cuando puedo mirar al techo mientras imagino cosas que no son posibles. Ahí es cuando me siento yo.

Me gustaría saber qué piensa Tom cuando entra a su habitación. Si se duerme directamente o se pone a pensar. Conociéndolo, lo más probable es que se ponga a contarle todo lo que pasa por la cabeza a Gio, cosa que me parece bastante bonita.

Y en cambio yo, ya no tengo a nadie para desahogarme.
Solo puedo coger mis cascos y sumergirme en lo que más quiero en estos momentos: la música.
Poner Blink a todo volumen y desear quedarme sordo. Imaginar que nada malo ha pasado y que ella sigue a mi lado, como antes. Que seguimos quedando para dar paseos mientras comemos un helado de vainilla, porque no le gusta la nata. Que me tengo que poner corbata porque es nuestro aniversario y quiere que vayamos a un restaurante caro.
Pero todo es mentira, porque todo ha acabado.
Ya nada existe. Solo mi pobre imaginación y yo.

Así todos los días hasta que me quedo dormido y a la mañana siguiente el despertador me hace abrir los ojos.
Y vuelve a empezar la rutina.
Como si fuera un programa diario, como si mi vida estuviera totalmente programada y yo no pudiera cambiarla.

- ¡Dougie, vamos a desayunar! - grita Tom al otro lado de la puerta.

No quiero desayunar, pero sé que tengo que hacerlo para que Tom no se preocupe.
Si fuera por mí, me tiraba todo el día en mi habitación, sin ninguna necesidad de comida. Y es que aunque ninguno de mis amigos se lo crea, no tengo nada de hambre. Nunca.

Salgo de la habitación, y al llegar a la cocina me encuentro un desayuno que cualquier otra persona catalogaría como perfecto.
Tostadas, zumo de naranja y cereales.
Si estuviera en mi estado normal, lo habría devorado todo en pocos segundos. Ahora en cambio, lo único que quiero es que Tom se distraiga unos minutos para así poder tirarlo todo a la basura.

Me siento y miro las tostadas varias veces.
¿Cómo hacer que harten menos? Me da asco solo verlas, así que no me quiero ni imaginar cuando les de un bocado.

- ¿Estás bien? - me pregunta Tom mirándome.

- Eh..sí, sí. Es solo que no tengo mucha hambre.

Tom resopla muy bajo creyendo que no lo he escuchado, pero lo he hecho.
Sé que está empezando a cansarse de mi comportamiento, y lo veo normal. Ni si quiera sé cómo está aguantando tanto conmigo en casa.

- Dougie, - dice bebiendo un poco de zumo - ¿qué pasa? Sabes que puedes contármelo.

Vuelvo mi mirada hacia las tostadas y muerdo una.
No quiero hablar del tema con nadie, ni con Tom. Puede que él sepa cómo animarme, pero no me apetece darle pena. No me apetece animarme.

- Vale, veo que no quieres hablar.

- No, no me apetece. - le contesto.

- Ese es el problema de todo.

Le miro sin entender muy bien lo que acaba de decir y veo sus ojos brillar.
Conociéndolo como lo conozco, va a echarme uno de sus discursos.

- Solo te voy a decir una cosa. - dice apuntándome con el dedo - No nos gusta verte así.

Termina su zumo y se va de la cocina sin recoger nada.
Dejándome solo con sus palabras en la cabeza. ¿Tanto se nota que no estoy bien? Pensaba que esta mierda solo me afectaba a mí y por lo que veo afecta a todo el mundo.

Subo a la habitación y vuelvo a tirarme en la cama.
Hasta que vengan los demás para grabar uno de los estúpidos vídeos de Super City, tengo tiempo libre para pensar.
Y por más que pienso siempre llego a la misma conclusión: ésto no va a acabar bien.
No voy a poder superarlo, no puedo seguir sin esa sonrisa guiándome. No puedo.

Al rato escucho de nuevo los gritos de Tom anunciando que los demás están aquí y que tengo que bajar, por mucho que me cueste.
Me levanto de la cama, me despeino un poco y limpio las lágrimas que han salido sin pedir permiso.

- Vamos al salón. - dice Tom nada más verme.

No está David, no hay ninguna cámara ni nadie dispuesto a grabarnos. Solo Tom, Danny, Harry y yo.
¿Qué tipo de encerrona es ésta? ¿Por qué están todos serios? No quiero hablar, no quiero.

- Dougie.. - comienza Tom - creo que tenemos que hablar todos.

- No creo que haya nada que hablar. - sentencio serio.

- Nosotros creemos que sí. - responde Harry - Estás mal, y no queremos eso.

- Yo tampoco lo quiero, no es divertido. Pero es lo que hay.

Danny resopla y Harry le coloca la mano en la pierna para tranquilizarlo.
Hacia tiempo que no veía un gesto cariñoso entre ellos, por lo que me quedo sorprendido.

- Podrías poner de tu parte para estar mejor. - dice Harry.

- No es tan fácil ¿sabes? Ojalá pudiera no sentir lo que siento, pero no.

- Doug, Harry quiere decir que deberíamos de hacer algo para que no te pases tanto tiempo pensando en lo que ha pasado.. - contesta Tom.

- ¿Deberíamos? No lo creo. - replico - Tom, sé que queréis ayudarme pero no es cosa vuestra.

- ¿Cómo que no es cosa nuestra? ¡Somos cuatro, y las cosas de uno son de todos! Hermanos, ¿recuerdas? - grita Danny enfadado.

Ahora siento miedo, nunca había visto a Danny así.
Él suele pasar de los temas serios, suele escuchar lo que dicen los demás y hacer lo que Tom o Harry le digan.
Pero esta vez no, esta vez está realmente enfadado y no puedo entender por qué. Por muy hermanos que seamos es mi vida, no la suya. No tiene por qué influirle tanto.

- Danny, tranquilo. - le dice Tom.

- No Tom, tranquilo no. - sigue gritando - ¡No entiende que no sólo se hace daño a él, si no también a nosotros!

- Danny, para. - le contesta Harry.

- No pilla que nos tiene preocupados, que me quedo por las noches pensando un plan para sorprenderle al día siguiente y que se olvide de ella. ¡No entiende nada!

Le miro a los ojos y están llenos de furia, de rabia, de tristeza.
Puedo jurar por lo más sagrado, que ver a Danny en ese estado es lo peor que puede pasarme. Porque sé que es culpa mía, porque sé que si yo no estuviera así, él tampoco.
Se suelta del aguante de Harry y sale de la casa dando un fuerte portazo.

- Yo..voy a buscarlo. - dice Harry.

Tom asiente y yo no puedo hacer otra cosa que llorar.
Me siento estúpido, frágil y débil llorando delante de Tom, pero no es la primera vez que lo hago.
Odio este sentimiento, odio estas sensaciones. Odio que los demás estén mal por mi culpa, solo por mi culpa.

Tom me abraza y mis lágrimas caen con más fuerza.
Necesito que todo pase, necesito que el tiempo se pare y poder controlar mis emociones.
Necesito a Frankie.

- Dougie..sé que no quieres pero es que..

- Necesito ayuda.

Deja caer un "lo sé" y me abraza de nuevo.
Comienzo a sentirme un poco más protegido, pero no puedo parar de llorar.
Presiento que todo lo que viene ahora va a ser demasiado difícil, pero sé que ellos estarán a mi lado.

miércoles, 6 de abril de 2011

Colores.

Aquí os dejo otro de los OS que escribí hará dos meses o así.
Es raro/feo y un largo etc, si tenéis alguna pregunta de algo que no entendáis o lo que sea, ya sabéis :3
PD: Narrado por Tom.

Hace siete años que escribo un diario.
Siete años que expreso todo lo que pasa por mi cabeza en cuatro hojas rotas de papel.
Siete años en los que la mayoría de esas hojas están escritas con bolígrafos de colores.
Siete años en los que cuento todas y cada una de mis experiencias más íntimas e importantes.
Y todas, repito, todas, están relacionadas con ella.

Recuerdo el día en que la conocí.
Ese día estará eternamente marcado con bolígrafo rojo en mi diario y en mi memoria.
Yo andaba por el instituto perdido, en busca de mi clase, cuando me choqué con ella.
Pelo largo, rizado, podía intuir que suave; sonrisa amplia, blanca, pura; estatura lo suficientemente buena como para apreciarla desde mi altura; y sus ojos. Dos ojos marrones, o como yo me atreví a escribir ese día, dos ojos café con leche.
Una mirada que expresaba desconcierto, pero a la vez seguridad.

- Per-perdona. - me dijo tímida.
- No importa. Tú eres..
- Soy Giovanna, pero puedes llamarme Gi. - dijo mostrándome su sonrisa.
- Yo soy Tom, pero puedes llamarme Ti.

Ella sonrió, y aunque en ese momento yo me sentía la persona más estúpida del mundo, sonreí con ella.
Nuestras risas se mezclaron y se hicieron una sola. Fue una risa cómplice, yo lo noté.

A partir de ahí las hojas se empezaron a llenar de nombres. O mejor dicho, de un nombre: Giovanna.
Empecé a narrar mil historias, fantasías, sueños que no parecían hacerse realidad. E incluso sin que pasara, escribí mi primer beso con ella.
Llené tres hojas de ilusiones, en las que decía lo suaves y cálidos que eran sus labios, aun sin haberlos probado.

Giovanna. Giovanna. Giovanna.

Ya solo existía ella, mi diario y yo.
Conforme pasaban los días iba aprenciándolo todo de una forma diferente.
Empecé a apreciar al blanco cuando decía negro pasando por gris; cuando mi celeste se convertía en azul marino mágicamente, o cuando el rosa de algún que otro corazón dibujado al lado de su nombre era fucsia.
También comencé a ver, que en los días en los que el sol no sale y no tenemos luz que nos alumbre, lo mejor para que esa luz apareza es sonreír.
Yo sonreía, ella sonreía conmigo. Sonreíamos juntos, y hacíamos de los días oscuros, días iluminados.

Y así todos y cada uno de los días del curso.
Y un mes, y otro.
Dos, tres e incluso cuatro.
Hasta que decidí decirlo todo.

Todavía no sé cómo lo hice, pero me armé de valor y le confesé todo lo que sentía.
Lo recuerdo como si fuera ayer.
Ambos entrábamos en el instituto juntos, como cada mañana. Me llevé todo el camino preparando un enorme discurso en el que las palabras parecían sacadas de mi libro de filosofía. Nervioso, sudando y casi sin saliva para articular palabra.
Hasta que ella me preguntó:

- ¿Estás bien? - dijo sonriendo.
- Es que..te quiero.

Así, sin más.
Sin tener en cuenta que llevaba media hora de camino formulando un esquema detallado en mi cabeza, me salió eso.
Y luego nervios, temblores e incluso mareos.
Ganas de saber por qué sus carnosos labios habían formado una O tan perfecta.
Y sobre todo, ganas de saber si podía seguir escribiendo con colores en mi diario.
Segundos que parecían siglos y una respuesta:

- ¿Vas enserio? - dijo tímida - Yo..yo también.

Sonrió, sonreí. Volvimos a sonreír juntos. Volvimos a transformar un día oscuro en algo mejor.
Y desde entonces las hojas del diario comenzaron a cobrar vida.
Los garabatos se hacían dibujos y las fotos se hacían cuadros.
El mundo funcionaba de otra manera. Y esa manera me gustaba, me gustaba mucho.

Y así un año más.
Y otro, y otro, y otro.
Hasta llegar a cinco.

Un quinto año en el que mi diario seguía completando sus páginas.
Páginas que cada vez estaban más llenas y tenían más cosas que contar.
Páginas que definían perfectamente la perfección y dejaban ver de lejos el significado de la palabra amar.

Amar, ¿qué es amar? ¿Sentirse atraído por alguien, quererlo?
Para mí amar es saber que si el mundo acaba mañana o la tierra se destruye misteriosamente, tendré a alguien cogido de mi mano, acompañándome en el camino hacia el espacio.
Saber que las cosas pueden ir bien, pero también pueden ir mejor. Que no importan las discursiones, porque siempre habrá una reconciliación que lo solucionará todo.
Amar es correr, saltar, volar y sentirse vivo.
Amar es pensar en Giovanna.

Esas fueron exactamente mis palabras, palabras que nunca saldrán de ese página coloreada de blanco.
Coloreadas de blanco, Gio decía que eso no era más que una metáfora. Muy bonita, pero una metáfora al fin y al cabo.
Gio decía eso hasta que yo le enseñé lo contrario.
Le enseñé que el blanco era una mezcla de colores sin fin, plasmados en su máximo esplendor.
Le enseñé que el blanco era una mezcla de relajación, seguridad y pureza, y que si yo pudiera vivir en un color, viviría en él. Mezclado con verde, claro.
Y ella reía, y yo reía. Y nosotros reíamos.

Día tras día, momento tras momento, año tras año hasta llegar al número siete.

- ¿Siete años? ¡Wow! - pensé al mirar el calendario.

Porque es verdad eso que dicen de que los días se pasan rápidos cuando lo pasas bien.
Que en buena compañía, las cosas son un poco más fáciles y la vida un poco menos injusta.

Y ahora me veo aquí, sentado en el sofá de siempre. Fruto de la una mezcla entre el amarillo más claro del mundo y el marrón menos marrón que exista.
Y abro los diarios, uno por uno.
Reviso cada hoja y puedo ver el arcoiris.
Podría crear la gama completa de colores con solo la mitad de uno de ellos.
Podría provocar el aleteo de una mariposa con solo una de las fotos que se encuentran en ellos.
Podría crear una tormenta de arena con solo tres páginas de los primeros días de inseguridad.
Me atrevo a decir, que podría cambiar mi mundo, pero mi mundo es ella.

Ella.
La que me enseñó a volar sin necesidad de unas alas de látex o de plástico.
Ella.
La que me ayudó a ver las cosas con la parte más interna de mí.
Ella.
La que me hizo ser mejor persona.
Ella.
La que me dejó un camino de ida pero no de vuelta.
Ella.
La que me sonrió haciendo que yo sonriera y que el día se volviera naranja.

Y puedo afirmar varias cosas:

1. Los colores no se crean solos, los creamos nosotros con nuestras vivencias.
2. No hay colores tristes ni colores alegres, hay personas que los ven de una forma u otra.
3. El mundo se puede cambiar siempre que tengas alguien a tu lado.
4. Existen los besos de algodón de azúcar y los abrazos de nubes de gominola.
5. Nací por y para Gio. Y sí, estoy completamente enamorado de ella.

Gracias a ella pude crear mis propias leyes, basadas en la confianza y en el amor que sentimos el uno por el otro.
Gracias a ella pude completar diarios y diarios que radiaban de felicidad.
Y gracias a ella, pude escribir ésto en la última página de este diario:

Te quiero.
Te quiero como puede querer el ketchup a la mostaza o la aceituna al hueso.
Te quiero como para saber que una vida contigo no es una vida.
Te quiero como para crear un mundo en el que la base de todo seas tú.

Recuerda: solo tienes que cerrar los ojos, pensar en mí y volver a abrirlos. Después mira al cielo y siempre sabrás cuál es nuestra estrella, aquella que deja su rastro de granitos de purpurina multicolor. Aquella que huele a frapuccino con nata montada. Aquella que un día, en aquel parque, dijimos que sería nuestra estrella.

E aquí mi historia.
Mi historia, la de mis colores, la de mis diarios y la de mi vida.
Esa historia que quedará guardada entre páginas viejas de papel.

martes, 5 de abril de 2011

The end.

He vuelto.
Aunque me leen pocas personas, me conformo. Demasiado aguantáis..que leer cosas caca no es bueno para los ojos xDDD
Eh..OS McFly, salen los cuatro.
PD: Lo suyo es que lo leáis con The end de fondo, porque está basado en la canción.

~ ¿Qué se siente cuando todo se acaba?
Cuando el destino decide que ya es hora de terminar algo que empezó hace mucho tiempo; cuando nuestros caminos se doblan y nos llevan hacia un precipicio; cuando las personas dejan de tener algo en común y la magia se esfuma.
En esos momentos, ¿se siente algo? ~

Llevaban semanas discutiendo por lo mismo.
El final estaba llegando pero sentían que no era justo, que no era el momento. Sentían que la magia podía revivir y que algo tan fuerte no podía acabar.
Se equivocaban.

- Chicos, admitámoslo..llegó el momento y ya está. - dijo Harry.

- Pero no quiero joder, no quiero. - contestó Danny.

- Ni yo. ¿Tan difícil es seguir un poco más? - pregunto Dougie.

- Sí Doug, sí. Todos sabemos que no podemos seguir, que ésto es el final. - Explicó Tom - Una enfermedad como la que tienes no es fácil de superar.

- ¿Y por eso hay que acabar con lo mejor que me ha pasado nunca? No creo que sea justo.

- Nadie dijo que fuera justo enano, pero creo que Tom tiene razón. - dijo Danny.

- Me dijiste que me apoyarías. - le replicó Dougie.

- Y te apoyo, yo tampoco quiero que acabe pero..prefiero eso a perderte.

- Entonces decidido. Y no vuelvas a replicar Doug, todo está claro, no hay vuelta atrás. - confirmó Harry.

Y así acabó todo.
Así se disolvió la banda más unida que podía existir.
Así llegó el final para un grupo que había conseguido mucho más de lo que quería.

Harry:

Había llegado el final del grupo, el final de McFly.
Llevábamos casi un mes con esa idea en la cabeza y aunque nos dolía demasiado, por fin conseguimos tomar una decisión. Una decisión que cambiaría mi vida y la de los chicos por completo, pero la decisión correcta.
Puede que nadie lo entendiera, puede que Dougie no estuviera de acuerdo y puede que mis padres se sintieran decepcionados, pero yo sabía que hacíamos lo correcto. Sabía que si no se acababa en ese momento, se acabaría en poco tiempo por "eso", y dolería mucho más.

Hace exactamente una semana desde que lo decidimos y lo difundimos, y todavía salimos en los medios.
Para todos ha sido una sorpresa y nadie consigue encontrar una explicación coherente para ello. Las fans se sienten mal, quizás decepcionadas..pero sigo pensando que lo hicimos bien.

Ahora mismo puedo ver a Tom en la cocina preparándose un té.
Sé que está mal, sé que probablemente es el que más afectado está con todo y me duele que sea así.
Ver a Tom andando con la mirada perdida y triste es una de las peores cosas que te pueden pasar, lo juro.
En el sofá puedo ver a Dougie tumbado con un pañuelo frío en la frente y Danny sentado en el suelo, a su lado. Hace unos veinte minutos le ha subido la fiebre de forma repentina y como siempre, Dan está ahí para cuidarlo.
La verdad es que Danny es una persona increíble, y en este tiempo he sentido envidia de él. Ha sabido afrontar lo de Dougie mejor que yo, no ha huído y ha estado cada día pegado a él como una lapa para ayudarle. Se nota que Danny lo quiere demasiado.
También puedo ver a Marvin corretear con Aurora, ellos animados como siempre.
Y por último, yo. Escribiendo este estúpido comentario en este estúpido cuaderno. Plasmándolo todo en hojas que con el tiempo quedarán rotas y en el olvido. Pero al fin y al cabo, desahogándome.
Sé que debería de hablar con los chicos para sentirme mejor, pero no quiero preocuparlos. No quiero que se sientan peor de lo que ya están, no quiero ser una carga para ninguno.
Por eso escribo aquí cada uno de mis sentimientos, cada cosa que pienso sobre el final de McFly.

¿Y qué siento ahora? ¿Horror, tristeza, melancolía?
Probablemente una mezcla de todo.
Siento que mi mundo se ha derrumbado, pero a la vez pienso que todo ha merecido la pena. Puede que ya no seamos nada, pero todo lo que fuimos quedará siempre en mi memoria.
Cada día, hasta que llegue mi final, me levantaré con ganas de despertar a los chicos con ruido, como hacía en los viejos tiempos. Pasaré las tardes comprando cervezas y ganchitos para comérmelos con Danny mientras jugamos a la play. Pensaré nuevos chistes frikis para decírselos a Tom, y recordaré cada momento Pudd con Dougie diariamente.

Si me hicieran una entrevista y me preguntaran por el peor y el mejor momento de estos años, me llevaría horas y horas pensando. No sabría elegir el mejor, aunque el peor lo tendría muy claro.
El peor día de todos fue cuando Tom tuvo el accidente de coche hace dos años. Por un momento pensé que todo había acabado, que Tom se había ido a otro lugar.
Me asusté, lo pasé fatal. Sentí todos los músculos de mi cuerpo comprimidos y vi mi vida pasar en cuestión de segundos.
Estuvo cinco días en el hospital, cuatro de ellos dormido. O bueno, como dicen en el vocabulario de los médicos, estuvo cuatro días 'en coma'. Danny, Dougie y yo nos turnábamos todas las mañanas, mientras su madre y Gio se quedaban con él por la noche. La verdad es que esos días fueron una eterna pesadilla.
No podría elegir un solo mejor momento, porque todos fueron increíbles.
Aunque claro, sin duda una de las mejores épocas fue cuando sacamos Radio:Active. Los viajes, las canciones, los conciertos..tengo claro que fue nuestro mejor disco.
En esa época me uní un poco más a Dougie y se podría decir que lo separé de Danny sin darme cuenta, cosa de la que ahora me arrepiento. Ahora puedo ver el daño que le llegué a causar al pecoso por mi 'obsesión' con estar con el pequeño de la familia, pero eso es caso aparte.
El caso es que la mejor etapa de mi vida ha terminado, y lo cierto es que no sé si estoy preparado para poder superarlo.

Dougie:

La fiebre me ha vuelto a subir hace unos quince minutos, pero siento que debo escribir ésto. ¿Se podría llamar diario lo que escribo? No, no creo que existan diarios de un solo día. Y , ¿entonces? ¿Cómo lo llamo? Papel que plasma mis sensaciones queda demasiado dramático, y carta sin destinatario demasiado culto. Puede que simplemente le llame folio en blanco que estará lleno de letras en unos minutos. No, demasiado largo. Bah..mejor dejarlo sin nombre, o si no me llevaré todo el rato escribiendo sobre posibles títulos para esta cosa.

Intento encontrar una palabra que defina lo que siento, pero ahora mismo siento demasiadas cosas juntas.
Cansancio, dolor, tristeza, culpabilidad..todo lo malo que se pueda encontrar, está en mí ahora mismo.
La estúpida enfermedad que quién quiera que esté ahí arriba me ha dado, me hace tener naúseas continuamente y sentirme una mierda todo el tiempo. Sí, es horrible.
Y encima ahora lo de la banda. Según los chicos es necesario, dicen que si seguimos con McFly me pondré peor y no quieren eso. Dicen que todo irá mejor si dejamos de ser un grupo de música, si dejamos de dar conciertos y dejamos toda nuestra vida de famosos aparte.
Yo no pienso eso, yo creo lo contrario.
Tengo muy claro que no quiero dejar McFly, no quiero acabar con algo que me da la vida día a día.

Quiero seguir, sentir, cantar y tocar mi bajo. Sentirme vivo cada vez que subo al escenario y ver que hay miles de personas que se sienten bien conmigo. Abrazar a Danny y a Tom mientras cantan y acercarme a Harry en un solo de batería.
No quiero que ésto se acabe, no ahora.
Pero lo que yo quiero ahora no importa. Todo está más que decidido y la banda hace una semana que se rompió.
Debo suponer que ahora no me queda nada, solo esperar. Esperar a que esta mierda acabe conmigo.
Danny me repite todos los días que soy demasiado negativo, que todo saldrá bien y que si me encuentro con fuerzas suficientes, en un futuro podremos retomar la banda. Y yo, sinceramente, no me creo nada.
Porque sé perfectamente que el final es el final, que las cortinas han caído al suelo y no se podrán levantar.
Se puede decir que lo que más me jode de todo ésto es ver que el culpable soy yo. Que todo ha acabado por mi culpa; que si yo no estuviera enfermo, McFly seguiría en pie por mucho tiempo más. Y confirmo que junto a la decepción, la culpabilidad es el peor sentimiento del mundo.

Ver a Tom sin componer o pensar en cosas para un nuevo disco es horrible; ver a Danny sentado en el sofá mirando al techo es raro; y ver a Harry paseando sin rumbo alguno se me hace difícil.
Comprobar que ninguno de los tres se siente lo más mínimamente bien me hace daño y me hace sentir como si la culpa de todo la tuviera yo, cosa que es cierta.

Y ahora recuerdo cada momento, cada lugar.
Cada disco grabado y cada acorde creado.
Cada canción, cada concierto.
Lo recuerdo todo como si fuera ayer. E incluso puedo recordar todos mis cambios de pelo, a cada cual más radical. Puedo recordar y sentir lo feliz que he sido durante todos estos años en los que he aprendido tanto.

No sé si lo saben, pero me gustaría que los chicos se enteraran de todo lo que ha sido el grupo para mí.
McFly ha significado muchísimo más que unos discos y apariciones en la tele. McFly ha sido y será siempre mi familia, pase lo que pase.
Porque gracias a Tom aprendí cómo había que ser responsable, cómo hacerme una cuenta en el banco y cómo echar la leche en los cereales sin que se derramara.
Gracias a Harry aprendí a afeitarme y a saber que la barba no me quedaba bien, a tratar a las chicas de una forma especial y a respetar a la familia por encima de todo.
Gracias a Danny aprendí que en la vida son dos días, y que uno hay que jugar a la play. Por eso hay que sonreír siempre y disfrutar cada momento porque quizás no haya mañana. Danny me enseñó a ser feliz.
También personas como Gio, Frankie, Georgia, Carrie o Vicky me enseñaron lo que es la felicidad. Cada una a su manera, pero todas hicieron que en algún momento u otro la sonrisa apareciera en mi cara.
Fletch, otro gran maestro. No he conocido nunca a persona con más paciencia que él.
¿Cómo podía aguantarnos las veinticuatro horas del día a todos juntos? Increíble.
Agradezco absolutamente todo lo que me ha pasado desde que entré en el grupo. Todo.

Danny:

Las horas pasan como si fueran siglos.
El reloj parece no moverse nunca y cada vez me siento más hundido.
Es como si a partir de ahora todo lo que vaya a pasar, vaya a pasar mal. Como si el mundo se hubiera destruído de un momento a otro y mi vida se hubiera quedado echa pedazos. Definitivamente ésto se siente jodidamente mal.

Dougie está cada vez peor, puedo verlo en sus ojos.
El color gris está mucho más apagado y los rayos de colores han desaparecido. Su mirada ya no me deja ver paz y tranquilidad, ahora solo me expresa dolor. Y eso es lo peor de todo, que sé que lo está pasando fatal.
El enano es una de esas personas que no están acostumbradas a ponerse enfermas, y que cuando se ponen exageran demasiado. El problema es que esta vez no está exagerando, si
no que la enfermedad es realmente grave.
Lo odio. Odio todo lo que le está pasando.
Podría pasarme a mí, ¿no? Si miramos cómo nos hemos comportado en este tiempo, eso sería lo justo. Él debería de estar tremendamente feliz y yo tirado en una cama, no al revés. El mundo es demasiado injusto.

Puedo afirmar que estoy tremendamente perdido, que no sé qué hacer ahora mismo con mi vida.
Sin la banda yo..no soy nada. Y cuando digo nada, lo digo en el pleno sentido de la palabra.
La banda me daba fama, amigos, felicidad y vida. La banda era lo que me llevaba a hacer lo que más me gusta: música. Y ahora la banda no existe, lo que quiere decir que yo tampoco.
Demasiadas canciones, demasiados momentos pasados como para olvidarlo todo de un día para otro.
Tom, Dougie y Harry fueron los que me sacaron de todo el infierno que tenía encima y me ayudaron día a día a superarlo. Supieron comprender cada una de mis chorradas, animarme cada vez que me venía abajo y darme un abrazo cada vez que lo necesitaba.
Ellos saben perfectamente cómo me siento en cada momento sin que yo diga nada, saben cómo hacer que sonría y saben hacerme sentir bien.

Probablemente todas las fans pensarán que soy una de esas personas seguras de sí mismas y de las que no tienen miedo a nada, pero se equivocan. Si pudiera, me pegaría el papel de 'cobarde' en la frente. Porque si no fuera por mis tres hermanos, yo seguiría siendo ese niño de siete años repleto de pecas que tenía que huir del colegio para que sus compañeros no le hicieran ninguna gamberrada.

McFly está muerto y yo estoy muerto también.
Como dije en aquella canción, espero que me entierren con mi guitarra.
Como dije en otra, espero que el mundo entienda nuestra decisión, que nos mire a los ojos y que vean que el corazón nunca miente y que ésto es necesario.
Y por último, espero que nadie nos guarde rencor. Espero que las fans nos recuerden siempre, sin tener en cuenta que nos hemos ido sin decir los motivos.

Porque ahora lo único que queda es eso: recordar.
Pensar en los conciertos, en las firmas, en las páginas, las fotos y las locuras vividas. En los buenos momentos, nunca en las crisis. En los abrazos, los besos y las escenas gays que tanto aplaudían las chicas. Ahora lo único que hay que tener claro es que todo pasa por algo, y que si nuestro final ha llegado, no hay nada más que hacer.
Que aunque el final esté aquí, no debemos llorar. Nada de derrumbarse, subir la cabeza y saber que estaremos juntos aunque no seamos un grupo.
Suena demasiado difícil, y de hecho lo es. Pero sé que entre los cuatro podremos conseguirlo.
Porque pase lo que pase, McFly army never die.

Tom:

Una vez más me encuentro ante folios en blanco que en minutos estarán llenos de sentimientos.
Esta vez nada de felicidad, nada de amor ni de amistad. Nada de unicornios rosas ni flores de chocolate. Esta vez, después de muchísimo tiempo, escribo para contar algo malo.

Y es que hace exactamente una semana desde que decidimos romper ese lazo de música que nos unía.
Nunca pensé en el final, nunca se me pasó por la cabeza que ésto acabaría tan pronto. Los años han pasado tan rápido..parece que fue ayer cuando Dougie vomitó encima del escenario. Parece que hace tres días que grabamos Room on the third floor y un mes desde que Danny llevaba su pelo rizado.
Pero no, han pasado quince años desde todo aquello. Y después de tanto tiempo, tenemos el final aquí, dándonos en la boca.
Ahora ya solo puedo mirar atrás y recordar cada momento.
Puedo sentir cómo todos los conciertos han pasado y me he sentido la persona más increíble del mundo en cada uno de ellos. Puedo ver cómo mi familia y la de los chicos se siente orgullosa de nosotros; puedo ver miles y millones de vídeos en los que parecemos realmente idiotas. También puedo ver todos los cuadernos llenos de letras, tachones y dibujos. Todos los álbumes, todas las grabaciones y las fotos de esos maravillosos momentos.
Y lo más importante, puedo ver que todo ha salido tal y como esperaba.
Me propuse ser una persona normal, vivir de la música y estar con mis amigos el mayor tiempo posible. Lo conseguí. Conseguí eso y muchísimo más gracias a McFly.

Ahora sé que nunca, y recalco el nunca podré conocer a nadie tan importante como Dan, Doug o Haz.
Ellos son todo lo que faltaba en mi vida, cada uno complementándome a su manera. Cada uno siendo importante y haciéndose querer con sus virtudes y defectos. Todos siendo mis hermanos.

Danny es una persona increíble, un amigo de esos que no puedes encontrar fácilmente. Por eso verle ahora mismo sentado al lado de Dougie tomándole la fiebre me hace sentir mal. Sé cómo se siente, sé que quiere que toda la pesadilla acabe y que el pequeño se ponga bien. Sé que lo está pasando fatal porque lo quiere demasiado, y sé que no se merece nada de lo que le está pasando.
Dougie es otro de esos amigos que nadie puede encontrar. Es extraño a su manera, cariñoso cuando quiere y desde luego, buena persona. ¿Buena? Con eso me quedo demasiado corto.
Y ahora, ahora el destino ha decidido que una persona como él sufra una enfermedad como esa.
Dougie, el pollito, el enano o como todos le llamamos: Doug. La persona más afortunada del mundo, ha dejado toda su suerte atrás y se ha traído la mala suerte con él. Desde que cortó con Frankie hace años todo ha ido a peor, y ésto ha sido el punto final, la gota que ha colmado el vaso.
Y Harry, qué decir de Harry.
Sé que lo está pasando igual que Danny, porque ambos quieren demasiado a Dougie. Sé que lo de la banda le ha afectado muchísimo porque como para los demás, la banda era su vida. Y sé que no se siente capaz de superarlo, pero que lo hará.

Podría llevarme horas y horas en este estúpido cuaderno escribiendo todo lo que pienso, pero sospecho que Marvin comienza a tener hambre.
Por eso, solo una última cosa: gracias.
Sí, agradezco cosas en una hoja de papel; pero sé que algún día alguien lo leerá.
Gracias a las fans por crear todo lo que han creado. Por hacernos llegar hasta lo más alto y no dejarnos creer y por apoyarnos en cada paso.
Por ser tan increíbles e inconfundibles. Y sobre todo, por darme vida en cada concierto.

Todos sabemos el final, pero no sabemos si habrá un nuevo comienzo.

~Kicking off is the hardest part,
nothing's certain at the start
letting go, so something can begin.
Figure out how to get a life,
leave tomorrow, live tonight
gotta throw, throw your heart right in.
Cause we all fall down..~

lunes, 4 de abril de 2011

You can fly with me.

Subo éste..I don't know why.
Es un OS Pones que subí a tumblr hace mucho y la mayoría lo habréis leído peeeero..ahí va.
Ya iré subiendo otros nuevos que solo Eva ha leído e.e'
Love xX

Estoy en el coche con los chicos camino al lugar donde tocaremos esta noche.
Miro por la ventana: frío. El frío es horrible, sobre todo aquí en Londres. Te congela todo el cuerpo e incluso a veces hace que te cueste respirar. El frío es horrible si no tienes a nadie que te abrace y haga que dejes de sentirlo. Y desde hace unos meses, ese es mi caso.

El año pasado por estas mismas fechas, yo me refugiaba del frío en los abrazos de Dougie. El enano siempre venía a pedirme un abrazo, según él tenía frío y no podía más. Ahora prefiere buscar los abrazos de Harry, supongo que porque él es mucho más musculoso y dará más calor.
Después de una larga hora en la que los chicos no paran de bromear, llegamos a ese grandioso lugar.

Comemos algunas porquerías y seguidos de las órdenes de Tom, comenzamos a ensayar. Tom cantaba a su rollo y reía mientras Harry y Dougie bailaban. Seguramente si alguna fan viera eso, moriría de amor.

-Definitivamente son monos..
- ¿Qué dices? - me pregunta Tom.
- Eh, nada.

Tom asiente y yo suspiro aliviado.
Sí, el Pudd es mono, es bonito. Tan bonito que a veces me parece exageradamente empalagoso.
Pasan dos horas más y llega el momento de ver a algunas fans que están en el local. Adiós tristeza, hola sonrisa fingida.

Primero sale Harry, que raramente va sin Dougie detrás. Se hace fotos con algunas fans y sale pitando al baño. Pobre chaval, es suelto de..bah, es suelto.
Después sale Tom, sonriendo con su adorable hoyuelo. La cara de las fans es un show. Es como si todas gritaran en silencio “Es Tom, es Tom. Joder, mi dios. ¡El GRAN Tom!”. Lo imagino y me río solo. Aunque si lo pienso, tienen razón, el GRAN Tom está ahí fuera repartiendo abrazos.
Cuando Dougie va a salir me uno en silencio a él, es mi momento. Delante de las fans no puede huir de mí, quedaría demasiado mal.

Todas gritan, chillan y sonríen.
Creo que es el momento: voy a abrazar a Dougie.
Hago unas cuantas bromas y le miro. Su cara no expresa nada. Como diría el friki de Tom, tiene una poker face. Le sonrío y veo cómo sabe que le voy a abrazar o algo por el estilo. Y lo hago. Le achucho sin recibir nada a cambio. Él se limita a echar la cabeza para atrás, rehuyendo. Ni siquiera levanta los brazos, no dice nada, solo huye. Comienzo a darle besitos en el cuello, y veo como Dougie pone cara de asco. Decido dejarlo, no quiero cagarla y estoy conforme con haber conseguido eso.

Minutos después estamos en el coche.
No recordaba lo bien que se sentía uno al abrazar a Dougie. Es como abrazar a un peluche. No, qué coño, es mucho mejor que eso. Es como estar encima de nubes de gominola, como estar rodeado de lacasitos de colores. Es como tener a un jodido bebé en tus brazos.
Sonrío ante las cursiladas que acabo de pensar y miro a mi alrededor. No sé cómo, pero ya estamos dentro de casa de Tom.
Dougie, ante mi risa, me pregunta:

- ¿De qué te ries?
- De lo maricona loca que me estás volviendo.

Me mira como si fuera Belén Esteban e intento abrazarle.
Mac, error. Demasiado bonito para ser cierto. Dos abrazos en un día no cuelan.

- Eres un pesado. - dice - ¿Cuántas veces te tengo que decir que no me gustan los abrazos ni los besos?
- Pues no sé, quizás las veces que hagan falta para convencerme de por qué a Harry no le dices lo mismo.

Dougie calla.
Dougie calla porque sabe que llevo razón. Sabe que siempre hace lo mismo, y que no soy tan tonto como para no notarlo.

- Bah, estupideces. - suelta sin mirarme.
- Para mí no son estupideces. Pero tranquilo, ya me estoy acostumbrando. Soy consciente de que dentro de cinco meses no existirá Danny en la vida de Dougie.

Rechista la lengua y me mira con una mueca extraña.
Amo cuando pone caras raras y se ve guapo. Siempre me he preguntado cómo hace para ser siempre guapo.Me gustaría ser como él, pero nunca se lo he dicho.

- ¡Pero qué dices! - casi grita - Danny, no digas idioteces. Que no te de abrazos no significa que vayas a desaparecer de mi vida.
- Ya veremos lo que pasa Doug, ya veremos. Tú solo acuérdate.

5 meses después:

Ya han pasado dos semanas desde eso, y me sigo sintiendo culpable.
Tom me repite una y otra vez que no tengo la culpa, que las enfermedades vienen solas y que el mundo es así de duro. Yo asiento seguidas veces mientras mis lágrimas no paran de caer.
Hace dos semanas que no paro de llorar. Dos semanas que siento que el mundo se cae encima mía sin que yo me de cuenta. Dos semanas en las que mis sentimientos son horribles, jodidamente horribles.

Tom y Harry entran en mi habitación. Tom lleva una bandeja y Harry una sonrisa. Posiblemente vengan para que coma algo.

- Toma, es sopa. Está muy rica..a Harry le ha encantado.
- Ajá, está huuuuuuum. - dice Haz poniendo una cara muy graciosa.
- No quiero, gracias.
- Venga..tienes que comer algo. Te vas a quedar en los huesos. - dice Tom.
- No quiero Tom, gracias de nuevo. Ahora iros, por favor.

Ambos rechistan, pero se van rápidamente.
Yo me levanto de la cama y me acerco a la mesita de noche. Allí está todo lo que necesito. La foto y su carta. La leo todos los días, hace que me sienta menos culpable.
Toco la foto de Danny como si fuera oro y otra lágrima sale de mis ojos haciendo su largo recorrido. Cojo la carta, me siento en la cama y leo:

“Querido..eh, enano de los cojones (así mola más, ¿no crees? haha)
Sé que yo no soy de escribir pero..me temo que es lo único que puedo hacer para despedirme. Siento muchas cosas, y la primera es no haberos contado nada de ésto. Cuando leas esta carta posiblemente yo estaré ya en el séptimo sueño, como dice mi abuela. ¿Te acuerdas del día en el que te dije que desaparecería de tu vida? Aunque lo parezca, no lo dije por ésto. Cuatro días después fui al médico y ahí fue cuando me enteré de que desaparecería de la vida de todos, pero no quise preocuparos. También siento..no sé, siento todas las cosas que te hayan molestado. Siento haber hecho ese ‘algo’ que consiguió que ya no me quisieras como antes. Porque seguro que fue por algo que hice mal. Siento muchas cosas, pero ya no puedo solucionar ninguna.
Te voy a dejar ya rubito de medio metro, la cabeza empieza a darme vueltas y necesito vomitar.
Solo una cosa más: por favor, no te sientas culpable. Sabes de sobra que no lo eres, igual que sabes de sobra lo importante que eras, eres y serás para mí siempre.
Te quiero, tu pecoso.”

Y ahora sollozo, lloro y me retuerzo en la cama. Incluso grito de dolor.
Porque él se fue sin avisar, sin pedir cita previa ni permiso para dejarme solo. Porque se fue sin que yo pudiera decirle lo mucho que le quiero y lo mucho que le necesito todos los días a mi lado.
Se fue sin poder hacer nada.

sábado, 2 de abril de 2011

Too close for comfort.

Ha tocado subir éste primero al azar.
Lo escribí para @Evii42 hace dos meses o así but..I hope you like it :3
PD: Lo narra Tom.

Celos.
"Los celos acaban con las relaciones" - Me decían diariamente.
Yo negaba, negaba hasta conseguir que se callaran.
Porque con ella los celos no existían, y nuestra relación no tenía final. O eso pensaba yo hasta que pasó.

Comenzar una relación es lo más fácil del mundo.
Quererse, regalarse peluches o bombones, felicitar lo más mínimo y darse besos hasta quedarse sin respiración. Todo es perfecto cuando dos personas se quieren y no hay impedimento posible para separarlas.
Todo es perfecto hasta que llega otra persona que al parecer también merece querer.
El único problema es que no puedes querer a dos personas a la vez, y elegir suele hacer daño a la persona que tiene la cruz de la moneda cuando sale la cara.

Y cuando descubres que ella, tu mitad, la persona que más quieres en el mundo comienza a alejarse de ti, tu cabeza se vuelve loca.
Yo me transformé, sentí que el mundo se caía encima y me dejé llevar por las apariencias. Dejé que mi mente soltara todo lo que pasaba por ahí, sin pedir permiso y sin pensar si estaba diciendo las palabras adecuadas.
Dejé que mi mente le hiciera daño, porque ella me lo estaba haciendo a mí.

I never meant the things I said
to make you cry
can I say I'm sorry..

Y pensé que olvidarla sería fácil, que después de decirle aquellas palabras mi corazón estaría más que curado.
Pero me mentía a mí mismo. Mi corazón estaba lleno de heridas y no había tiritas suficientes para cubrirlo. Mi corazón estaba roto, y ella también.
Olvidar es demasiado difícil cuando has subido a alguien a un pedestal y no quieres bajarlo. Olvidar es totalmente imposible cuando vives por y para esa persona, cuando no existe nadie más.
Olvidar es improbable cuando has imaginado una vida con ella y los planes parecían increíbles.
Olvidar es algo que no nos enseñan y que no sabemos aprender.

Todavía me sigo arrepintiendo de todo.
De mis palabras, de su llanto. De la situación tan violenta que pudimos pasar en esa habitación.
De los gritos, de las acusaciones. E incluso de haberle dicho lo mucho que la quería.
Me arrepiento de cada palabra. Todos los días, a todas horas. En cada segundo que pasa está el arrepentimiento.
Y sobre todo, me arrepiento de haberle dicho que sí, que estaba conforme con su decisión.

"¡Dejémoslo! Venga, si es lo que quieres" - dijo aún con lágrimas en los ojos.

Y yo asintiendo. Y ella llorando de nuevo. Y nuestros corazones en el suelo luchando por subir, pero se quedaron abajo, enterrados en lo más profundo.

It's hard to forget,
and yes I regret
all these mistakes.
I don't know why you're leaving me
but I know you must have your reasons.
There's tears in your eyes
I watch as you cry
but it's getting late..

Ahora lo pienso, y probablemente yo tuviera la culpa de todo.
Probablemente eso que yo negaba que pasaría ocurrió de tanto negarlo. De tanto autoconvencerme, de tanto decir que no tenía celos de nadie.
Invadí todo lo que le rodeaba, rompiendo esa pequeña línea que debe haber entre una pareja. Rompiendo todo tipo de intimidad que pudiera tener.
Invadí sus secretos para descubrir algo que a lo mejor no existía, pero que yo creé.
Lo destruí todo. A ella, a mí, a nosotros.
Acabé con algo que no tenía final.

Was I invading in on your secrets
was I too close for comfort
you're pushing me out
when I'm wanting in.
What was I just about to discover
when I got too close for comfort
driving you home
guess I'll never know..

¿Recuerdas cuando caminábamos por la playa? Ahora todo suena tan surrealista..
Te encantaba, te encantaba pasar las horas muertas tirados en la arena. Pensando en el futuro, en ese futuro que yo cambié por no pensar bien las cosas.
Te encantaba pasear en la orilla, sentir el agua en los pies y saber que estábamos vivos. Que estábamos juntos y eso nadie lo podía cambiar. Excepto yo.
Te encantaba saltar, gritar y correr para que yo fuera detrás tuya. Para que te cogiera y todo terminara en un largo beso lleno de vida.
Y sobre todo, te gustaba escribir en la arena. Todo lo que pasaba por la cabeza se veía reflejado en la arena.
Tom y Eva, quedaba bien, ¿verdad? Pero el mar mandó a la ola más grande y lo arrasó todo borrando nuestros nombres tras su marcha. La ola acabó con todo.
Y tú diciendo que me amabas, y yo respondiendo lo mismo.
Pero todo tiene un final.

Remember when we scratched our names into the sand
and told me you loved me
but now that I find
that you've changed your mind
I'm lost for words..

Cartas, cartas y más cartas.
San Valentín, tu cumpleaños, nuestro aniversario.
Todo era motivo para plasmarte lo que sentía y lo importante que eras para mí. Todo era lo suficientemente significante como para hacer que tuvieras miles de papeles con mi letra.
Papeles que ahora son solo hojas viejas con palabras sin sentido.
Si supieras cuánto duele dejarte ir..
Si pudiera escribir una última carta, solo una más. Una en la que te exprese lo poco que me queda ahora que te has ido. Una en la que las cosas no las diga mi cabeza, si no yo.

And everything I feel for you
I wrote down on one piece of paper.
The one in your hand
you won't understand
how much it hurts to let you go..

Pero no, la culpa no es solo mía.
Puede que yo te tendiera una trampa, puede que yo hiciera que el amor se acabara, pero tú caiste, tú dejaste de ser mía.
Me mentiste, me juraste que lo nuestro seguía ahí.
Confirmaste que el rojo fuego que nos caraterizaba no se había hecho cenizas, pero era mentira. El rojo ya no existía, ni si quiera existía un leve rosa, ya solo existía el negro. Ya solo existía el vacío y los tachones, los errores.
Yo lo sabía y tú lo negaste. Seguramente eso hizo que todo fuera a mucho peor.

All this time you've been telling me lies
hidden in bags that are under your eyes
and when I asked you I knew I was right..

Y ahora que te necesito, ¿dónde estás?
No tengo hombro en el que llorar o apoyarme cuando esté cansado, no tengo una sonrisa que me alegre la mañana ni un pequeño mensaje llegándome al móvil antes de salir un concierto. No tengo absolutamente nada, porque no te tengo a ti.
No lo sabes, pero me hundes sin darte cuenta.
Me dejas sin respiración poco a poco y matas mis esperanzas a medida que pasan los días. Me dejas solo, sin ganas de seguir adelante.

But if you turn your back on me now
when I need you most
but you chose to let me down.
Won't you think about what you're about to do to me
And back down..

Así que, no hay solución ¿verdad?
Quizás deba dejarlo todo atrás y arrancar las páginas que escribimos juntos.
Romper cada recuerdo en el que sé que no fui más feliz porque ya estaba demasiado alto.
Olvidar que existimos como algo más que dos simples personas y dejar que hagas tu vida con alguien mejor. Con alguien que no se entretenga en invadir tus secretos.

Y aunque todo sea demasiado difícil, podré conseguirlo.
Podré hacer como si nada hubiera pasado si no te vuelvo a ver.
Podré hacerme el loco y negar que solo bastan tres letras para hacerme feliz.

E v a

Podré negar que existió alguien que hizo que tocara el cielo sin ser el protagonista de esa estúpida película.

E v a

Podré volverme alguien solitario, que no se relaciona con nadie para no volver a verte.

E v a

Podré decir que ya no existes en mi vida. Que no sé de quién hablan cuando pronuncian tu nombre y que no me suenan de nada esas letras.

E v a

Pero nunca podré negar que te quise.
Nunca podré negar que te quiero.
Nunca podré negar que te querré a pesar de todo.
Nunca.

E v a

What was I just about to discover
when I got too close for comfort
driving you home
I guess I'll never know..

Ñañaña.

Aquí está la persona más pesada del mundo mundial.
Con dos metroblogs, 93485934 blogs, twitter..etc. Algún día deseareis no haberme conocido xDD
Bueno, a lo que iba.
En este blog colgaré todos los OS/historias cortas de una, dos o tres partes que tengo y vaya escribiendo. Ya sabéis que me paso las horas escribiendo cuando no tengo nada que hacer..y bueh, qué mejor que enseñárselo al mundo.
Sí, todo lo que tengo escrito hasta ahora es de McFly. ¿Coñazo? Seguramente si no os gusta, pero es lo que hay xD
Y nada, que os quiero y todas esas ñoñerías.
¡Muaaaaaaaaaaaak! xX