miércoles, 2 de noviembre de 2011

Enfadarse no es tan malo.

A "petición" de Erika, que puso un comentario diciendo que quería que subiera el Junes +18...aquí está.
Debo confesar que me sentí sucia cuando lo escribí (hace unos meses) y me siento sucia ahora. Sí, soy tonta, pero es que a mí escribir cosas de estas se me da mal y no me hace mucho tilín...pero bueno, aquí está.
Acepto flores/ladrillos. *Comentarios, comentarios* ¡Vemo con Nemo!

Llevamos varias horas en casa de Tom, y comienzo a estar cansado.
Hoy es el típico Domingo de amigos sagrado en el que hacemos cosas juntos. Si no fuera porque me negué, también iríamos juntos a mear.

Tom está en la cocina preparando algo de comer mientras Harry y Dougie se ríen en el sofá.
Sonrisas y más sonrisas. Estúpidos chistes que solo ellos dos entienden. Estúpido Pudd que me jode la vida.
No es que esté celoso ni nada de eso, para nada. Es simplemente que Dougie ha dejado de quererme, y eso me duele. Me duele mucho.

Puedo ver a Tom sonriendo desde el pasillo con un plato lleno de tortitas.
Tom es feliz siempre, pase lo que pase. Su sonrisa está pintada con permanente y nunca se borrará.

- Tortitas para todos. - dice.

Harry coge dos; una para él y otra para el enano.
Yo cojo dos; una para mí y otra para mí.
Y Tom..Tom nos mira como si fuéramos cerdos mientras llama a alguien.
Al cabo de unos cinco minutos vuelve encontrándose el plato vacío y nos dice:

- Chicos, me voy. He quedado con Gio y...Dougie, - dice captando su atención - está con Frankie...¿te vienes?

- ¡Claro! - responde.

- Pues perfecto. Os dejamos solos, no me mancheis nada y que no se os olvide mimar a Marvin. - nos dice a Haz y a mí amenazante.

Harry y yo respondemos al unísono y los dos rubios del grupo salen de la casa.
Ahora es cuando yo no sé qué hacer; si tirarme por un balcón o chamuscarme en la chimenea. Probablemente ninguna de las dos cosas: Tom ni tiene balcón, ni tiene chimenea. Es un fracaso de casa, no hay ayudas para suicidarse.

- Bueno... - dice Harry rompiendo el hielo - ¿Quieres hacer algo en especial?

Pienso bastante y llego a la conclusión de que no me gusta hacer nada con Harry, nada.
Nunca hemos tenido conexión, no la vamos a tener ahora.

- No sé...hablemos.

- ¿De qué? - pregunta extrañado.

- De Dougie.

Veo cómo frunce el ceño y pone una mueca desagradable.

- ¿Por qué crees que es solo tuyo? No dejas que esté con Tom ni conmigo.

- ¿Perdón? Mira Danny, si quieres pelea vete a la calle y enfréntate a cualquier borracho. A mí déjame.

Se levanta cabreado pero le cojo del brazo, no pienso dejar que se vaya dejándome así.

- Sólo te he hecho una pregunta. - le digo.

- Sí, una pregunta totalmente absurda. Yo no le prohibo nada. Me prefiere a mí antes que a ti, asúmelo.

Uno, dos, tres..y hasta diez.
Contaría si tuviera paciencia, pero no la tengo.
Comienzo a gritar palabras sin sentido y oraciones inconexas mientras Harry hace lo mismo.

- ¡Que te jodan! - me grita.

Y en este momento el tiempo se para y mi cabeza se satura.
¿Me podría explicar alguien por qué en estos instantes veo a Harry jodidamente sexy?
Me muerdo el labio e intento contestarle, pero no me sale nada.

- Vete a la mierda. - murmuro.

Harry se acerca enfadado, y realmente pienso que me va a pegar.
Me acorrala contra la pared, empiezo a tener miedo y a la vez empiezo a excitarme.
Sí, increíble. Están a punto de estamparme y yo me empalmo. Soy inteligente, claro que sí.

- Vuelve a decirlo, vamos. - me incita.

- Que te vayas a la mierda.

Cierro los ojos esperando el golpe, pero no llega.
Cuando los abro puedo ver cada brazo suyo a un lado de mi cabeza y nuestras caras demasiado cerca.

- Una vez más. - dice.

- Vete a la mierda, pesado.

Y lo hace.
No me pega un puñetazo, pero me besa.
Juro por lo más sagrado que ahora mismo me está besando.
Bruto, con fuerza, sin tener la más mínima delicadeza. Pero me está besando, y me gusta.

- ¿Qué haces? - digo apartándolo.

- Seamos claros, me pones enfadado.

Mis ojos se abren como platos y su sonrisa se vuelve burlona.
Vuelve a acercarse y me roba otro beso. Y otro. Y otro más.

- Y por lo que veo, yo a ti tampoco te disgusto mucho... - dice riendo.

Yo sonrío y me avalanzo a él besándole con fuerza, mordiendo su labio inferior.
Le quiero hacer daño, que vea que no es superior, que no lleva el control en ésto.

Harry me separa y se quita la camiseta rápidamente, dejándome con la boca abierta.
Puedo ver su pecho inflándose con fuerza, y lo mejor de todo, puedo tocarlo.

- Vamos, es para hoy. - dice sacándome de mi empanamiento.

Asiento e intento quitarme la mía, pero no puedo.
Señal de que estoy nervioso, y Jones nunca está nervioso.
Haz sonríe y me arranca la camiseta, textualmente.
Nada de delicadezas, nada de cosas bonitas...eso no existe.

Ahora estamos en igualdad de condiciones, y aunque no me puedo quejar, quiero más.
Estoy demasiado excitado como para quedarnos media hora con los pantalones puestos, y Harry se ha dado cuenta de ello.

- Shh... - me susurra al oído - todo a su paso Dan, todo a su paso.

Un escalofrío recorre mi cuerpo y siento que tengo electricidad.
Harry es sexy. Harry me pone. Harry no para de besar mi cuello.
Lo recorre de arriba a abajo dejando rastros de saliva en él, por lo que probablemente mañana la gente piense que estuve con una chica que me dejó marca.
Vuelve hacia arriba y me roba otro beso. Y yo sólo puedo decirle:

- Besas genial.

Y me siento idiota, pero me da igual.
Él se ríe y vuelve a mi cuello. Besos, chupetones, mordiscos. De todo un poco. Felicidad por mi parte, excitación por la suya.

Empiezo a pensar que debo hacer algo, pero mi cuerpo no responde. Estoy totalmente entregado a Harry, le dejo hacer lo que quiera.
Ahora mismo está bajando por mi pecho, se dirige al pezón izquierdo.
Lo chupa, lo muerde. Y aunque quiero gemir, no lo hago. Harry no va a ganar esta partida, ni en broma.

Le agarro el pelo y me muerdo el labio con fuerza. Me voy a hacer sangre, pero no me importa.
Él sigue lamiendo con entusiasmo y vuelve a morder más fuerte.

- Ah...

Mierda mierda y mierda.
Juro que se me ha escapado. Ha mordido demasiado fuerte y no he podido aguantar. Pero a Harry le ha gustado, porque sonríe pícaramente y sigue con el otro pezón.
Podría morir de felicidad en este preciso instante.
Comienzo a entender por qué llaman a Harry el Dios del sexo y todavía no hemos hecho nada.

- Danny, - dice fingiendo un gemido - ¿te gusta?

Yo me limito a asentir y decido que es mi momento.
Le cojo del mentón y hago que me mire. Sus ojos están brillantes y su mirada deja ver la excitación desde lejos.

- Bésame. - le medio suplico.

Harry me hace caso y me besa como al principio, bruscamente.
Yo sonrío en sus labios y acaricio su espalda haciendo que se estremezca.

- Y ahora... - le digo - me toca.

Veo que separa sus labios para hablar, pero le callo con otro beso mucho más profundo.
Su lengua y la mía en una gran batalla que no tiene ganador.
Pasión, lujuría, sexo. Ésto es increíble.

Seguimos besándonos mientras le dirijo hacia el sofá, es hora de usarlo.
Cuando estamos en el borde le empujo provocando que caiga boca arriba con los brazos abiertos, dejándome su cuerpo a toda disposición.

- ¿Preparado? - le pregunto.

- No lo dudes.

Y esas tres palabras me estimulan como un coche de carreras puede estimular a un niño pequeño.
Me siento a horcajadas encima de él, sonriendo como nunca antes le he sonreído a un tío.
Harry me gusta, me gusta mucho.

Comienzo a besarle el cuello, como él ha hecho anteriormente conmigo.
Subo, bajo. Reparto besos y lametones por todas las partes posibles y llego hasta su oreja. Sé que es su punto débil, me lo ha dicho miles de veces.
Le muerdo el lóbulo y arquea la espalda, le gusta y eso hace que yo siga su ejemplo. Me quedo un rato en su oreja hasta que él gime, ya he conseguido mi propósito.
Le robo un beso y voy bajando. Lento, muy lento. Tan lento que si yo fuera él me suplicaría que fuera más rápido, pero eso Harry no lo hace. Su orgullo masculino no le deja.

Lamo un pezón, y el otro.
Doy besos por todas partes y decido que si no quiero correrme ya, es hora de seguir bajando. Dejo saliva por todo su pecho y me quedo estancado en su ombligo, una pequeña línea y llego a la parte más sensible.
Bajo mi lengua y la paso por encima del elástico de sus bóxers, Harry gime.
Me río y me quito de encima suya, es hora de apartar los pantalones. Le desabrocho el cinturón y veo cómo traga saliva. ¿Asustado? ¿Excitado? Yo diría que una mezcla de los dos.

Cuando por fin tiro sus pantalones al suelo, decido deshacerme de los míos. Tengo prisa y no quiero perder más tiempo.
Vuelvo al sofá y me siento encima de él, igual que antes.
Nuestros miembros se rozan y Harry gime más fuerte de lo que me esperaba. Yo haría lo mismo, pero sé controlarme. Aunque el hecho de que una fina tela esté separando nuestra excitación sea muy morboso, tengo que aguantar.

- Joder - le digo - Creo que alguien aquí está muy necesitado.

- Pues serás tú pecoso, yo follo todos los días. - responde riendo.

Sonrío y Harry aprovecha para cambiar posiciones.
Ahora soy yo el que está abajo, es él quién tiene el control.
Vuelve a su maniobra de los besos y mientras lame con fuerza mi cuello, baja una mano hasta mi parte más preciada.

Y así, sin previo aviso, la mete dentro de mis bóxers.
Yo me estremezco y sin quererlo, gimo bastante fuerte.

- ¿Estás seguro de que soy yo el necesitado? - pregunta vacilante.

Aprieta con fuerza y gimo más fuerte aún.
Harry ríe, a Harry todo le hace mucha gracia.

- S-s-s-sí. - digo con voz ronca.

Él niega con la cabeza y sigue tocándome.
Siento que estoy en el cielo, o probablemente más allá. Y cuando creo que nada puede ser más excitante, Harry para de besarme y baja su cabeza.

No creo que vaya a hacer eso, no lo creo hasta que veo que baja mis bóxers y comienza a chupar sin ningún tipo de apuro.

- Ahhhh...joder...

No me gusta que vea que está ganando, pero es demasiado difícil no emitir ningún sonido.
Levanto la cabeza y puedo ver la suya moverse lentamente.
Arriba, abajo, arriba, abajo.
Que alguien le diga que pare o me corro. Que alguien se lo diga, yo no puedo.

- Ha-ha-harry... - digo entre gemidos - Para.

No me hace caso y sigue a lo suyo, ahora mucho más rápido, mucho mejor.
Se ayuda con sus manos y eso hace que me estremezca aún más.
Afirmo que no hay nada más jodidamente perfecto que tener a Harry así ahora mismo, lo prometo.

Se lo saca entero y me mira con sonrisa burlona.
No va a parar, no me va a hacer caso. Puedo leerlo en su mirada.

- ¿Estás seguro de que quieres que pare? - me pregunta.

- Ssssí.

- Vale, espera medio minuto y paro.

Y sin borrar esa estúpida sonrisa, pasa toda su lengua por mi glande de forma superficial. Mi piel se eriza, mi mente se pone en blanco y aferro mis manos a su pelo.

- Voy enserio...¡joder!

Y por más que suplico Harry no para, porque sabe que me gusta demasiado. Él lo sabe todo en este tema. Porque sí, como ya he dicho antes, Harry es el Dios del sexo.
Vuelve a metérselo entero en la boca y vuelve a robarme otro gran grito de placer.
Cuando mi gemido para, Harry se lo saca y me mira con una enorme sonrisa.

- Conseguido. - susurra.

Yo respiro profundamente y como si fuera por arte de magia, recupero toda la energía.
Quiero hacer algo, no soporto sentirme un cero a la izquierda. Y menos en el tema de la cama.

- Me toca, ¿no crees? - le pregunto.

Harry se encoge de hombros y yo ataco su boca.
Un beso, lenguas, saliva. Mezcla de sabores.
Y bajar hasta llegar a su miembro, que está tan excitado que parece que está pidiendo a gritos salir de ahí.

Me acerco al oído de Harry mientras introduzco mi mano derecha y lo rozo.
Harry gime, Harry siente placer.

- Tranquilo... - le susurro en la oreja - Papi ha venido a salvarte.

Noto que mis palabras le ponen aún más, y eso hace que me sienta con todo el control.
Ahora Harry está en mis manos, y no pienso ser nada delicado.

Le quito la última prenda y aquí estamos, desnudos uno frente a otro.
He visto a Harry mil veces desnudo, pero nunca mirándolo de esta forma. Nunca teniendo su miembro en mi mano y nunca deseando que fuera mío. Nunca.

Comienzo a tocar con miedo, nunca he hecho ésto y él parece tener experiencia.
Ríe, así que llego a la conclusión de que no lo estoy haciendo del todo bien. Pienso en mí y en mis encerronas en el baño. No debe de ser tan difícil, si lo hago con el mío, ¿por qué con el suyo no?

Respiro hondo y sigo tocándolo, ahora con más fuerza.
Aprieto al principio haciendo que Harry deje escapar un suspiro y aflojo el resto del camino, cosa que le hace gemir. Sí, ahora sí lo estoy haciendo bien.

- Danny... - dice bajito - Por favor, juro que me...aaaah...corro...

Paro de lamer y decido hacerle caso, no soy tan malo como él. Aparte tengo ganas de sentirlo dentro, por mucho miedo que me de.
Me levanto y le doy un beso, haciendo que pruebe su propio sabor.

- Espera. - dice separándose de mí.

Asiento y veo que se va corriendo hacia el piso de arriba.
Y pienso: ¿qué cojones estoy haciendo? Me estoy liando con un tío, y ese tío se llama Harry. Y para colmo es uno de mis mejores amigos. Muy bien Dan, muy bien.

Escucho sus pasos apresurados y lo decido: tengo que parar.
El problema es que ver a Harry desnudo con un condón en la mano y una sonrisa perfecta no ayuda a negarse, no ayuda para nada.

- ¿Estás listo? - me pregunta enseñando la precaución.

- Ni se pregunta. - le respondo.

Él sonríe y se avalanza sobre mí besándome con seguridad.
Vuelvo a estar abajo, vuelvo a ser el dominado.
Harry comienza a moverse y nuestros miembros se rozan.
Hola, acabo de conocer la sensación más orgásmica del mundo.
Seguimos rozándonos un rato mientras los gemidos invaden el salón, y Harry decide que es el momento.

- Vamos, no aguanto más. - me dice.

Yo asiento y sigo sus instrucciones.
Me pongo a cuatro patas mientras Harry se coloca el condón.
Y tengo miedo, mucho miedo. Nunca he hecho ésto y estoy seguro de que duele demasiado. Y lo mejor es que me da igual, porque quiero hacerlo.

Harry me acaricia la espalda con una mano mientras con la otra coge mi miembro. La mezcla de excitación y miedo es explosiva.
Respiro hondo y espero.
Siento su punta en mi entrada y me doy cuenta de que va a ir directo, sin preparación. Otro escalofrío me recorre.

- Si te hago daño dímelo, pararé.

Yo asiento, aunque sé que no lo haré, ni en broma.
Haz respira y entra poco a poco, despacio.
Yo grito, me duele, me duele mucho.
Me agarro al cojín que tengo enfrente y Harry me abraza por encima dándome seguridad. Recorre toda mi espalda con besos y embiste despacio.

Dolor. Miedo. Placer. Ansia. Todo junto.
Escucho a Harry gritar y eso me excita más; comienzo a pillarle el gusto a todo ésto.

- Harry... - digo entre gemidos - Más rápido, por favor.

Me hace caso y comienza a embestir más rápido, quizás demasiado. Puedo comprobar en cada embestida que tiene ganas, porque está empezando a pillar una velocidad increíble.
Una embestida más. Y otra, y otra.
Y siento que me voy a morir en este instante, pero no me importa morirme de esta manera.

- Ahhhh...me voy a venir...

- ¡Joder! - grita Harry - Aguanta un poco y lo hacemos juntos.

Le regalo un gemido como respuesta y aguanto el máximo posible hasta venirnos juntos.
Pondría la mano en el fuego de que nuestro orgasmo se ha escuchado en toda la calle. Y también pondría la mano en el fuego y diría que éste ha sido el mejor polvo de mi vida. Sí, con un tío. Sí, con Harry.

Cuando por fin su cuerpo para de temblar, sale de mí y un último suspiro escapa de mi garganta.
Me doy la vuelta y me quedo tirado en el sofá mirando al techo, recuperando un ritmo de respiración normal.
A los pocos segundos, Harry se tumba encima mía. Me da un beso, quizás el menos brusco de todos y me susurra:

- Jones, espero que sepas a quién acudir cuando estés falto de cariño.

- Tengo muy claro a quién llamaré. - le respondo riendo.

- Eso espero. - dice mordiéndome la oreja - Ah, y ésto a nadie. Como digas algo te la corto.

- No harás eso. Si lo haces, ¿quién te hará disfrutar la próxima vez?

- Tienes razón.

Ambos sonreímos y nos quedamos ahí, pegados.
Cuerpo con cuerpo. Sudor con sudor. Sustancia con sustancia.
Qué más da si ahora llega Tom y nos echa la bronca por manchar su sofá, lo que ha pasado es algo que supera el límite del placer y la felicidad.

Y pensar que todo ésto ha sido gracias a Dougie...ahora quiero al enano un poquito más.

5 comentarios:

  1. Oh, hola. NO VUELVAS A DECIR QUE ESCRIBIR ESTAS COSAS SE TE DAN MAL. ¬.¬
    Punto uno: Maldita casa de Tom sin chimeneas ni balcones, ¿Quien puede vivir sin chimeneas y balcones? xDDDDDDDDDDDDDD Ok, no.
    Punto dos: Dougie, ¿COMO NARICES DEJAS DE QUERER A DANNY? QWHJFJNVKEWÑKSFHNLREKDJSFNVR Rubio tenia que ser .______________________.
    Punto 3: Harry es malo malote, jojojojo. Es el Dios del sexo. *·*
    Punto 4: asdfghjkl Erika ha muerto e.e
    No, enserio. Es genial, aunque yo soy más de Pones y se me hace muy raro ver a Danny con Judd, pero es genial, que lo sepas :)

    Loffffffff ya! :3

    ResponderEliminar
  2. ¿Y esto se te da mal? Ya claro...

    Harry es el Dios del sexo, pero Danny no parece quedarse atrás... e____e
    En serio, me ha encantado. Deberías escribir escenas así más a menudo... xD

    Te quiero!
    Xx

    ResponderEliminar
  3. peor pero como puedes decir que se te da mal escribir estas cosas?¡?¡? -.-!

    me ha encnatadooooo!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!


    HAZ COSAS ASIIIIIIIIIIIIIIIIIÍ!


    No digas que se te da mal, mujer, que eso es mentira, se te da genial!


    P.D: Me lo imagino con Tom (baba)

    ResponderEliminar
  5. askfjdaskjdfak es GENIAAAAAL.
    Yo creeo que tambien estaria bien que hicieses una historia asi con Harry El Dios del Sexo pero con una chica, así imaginamos que somos nosostras no? jajaja
    proopongo que subas mas historias sobre sexo porque joder se te da genial *__*
    ahi te dejo mis dos propuestas!

    ResponderEliminar