domingo, 6 de noviembre de 2011

Suicide.

Helloooooooooo!
He vuelto con un OS que acabo de escribir y que no es muy feliz ._.
Para que os hagáis una idea, lo he escrito por lo de la niña que se ha suicidado hace unas horas...no sé por qué, pero al enterarme, me ha entrado rabia y me han dado ganas de escribir ésto.
PD: POV Danny y un poco largo.
Dedicado a @brianvega97 @Marisa_Poynter @Cristhings @mcflycrazier @AndreaDebuten @itsmarinax, que son las que se han ofrecido a leerlo :'3 Hope you like it!

Yo era una de esas personas detestables a las que la mayoría de la sociedad quiere bajo tierra. Uno de esos niños que tiran piedras a las prostitutas y le quitan los bastones a las señoras mayores para que caigan al suelo. Uno de los que se ríen de la típica niña nueva cuyo cuerpo parece un palo.
En definitiva, un cabrón.

¿Lo peor de todo?
Que no nos damos cuenta de la importancia de las cosas hasta que no pasa algo que nos abre los ojos. ¿Cómo iba a saber un niño de mi edad que unas risas podían provocar tanto? ¿Eh? ¿Cómo debía yo saberlo?
No lo supe...hasta ayer.

Me llamo Danny Jones, y a día de hoy, tengo dieciséis años.
Nací en Bolton, aunque nos mudamos a Londres cuando cumplí los cuatro, así que me considero un londinense en toda regla. Llevo en el mismo colegio desde los seis años (tiene primaria, secundaria y bachillerato) y...recordar lo que me ha llevado a estar como estoy, no es algo muy agradable.

Flashback

Harry y yo íbamos caminando hacia clase mientras todo el mundo nos miraba.
Harry era mi mejor amigo y tenía un año más que yo, es decir, nueve. A pesar de ser dos mocos, sabíamos hacernos respetar. Era como si el resto de los niños nos admiraran y quisieran ser como nosotros.

- Mira a Lindsay. - me dijo - ¿A que es guapa?
- Qué pesado eres...¿por qué no vas a jugar con ella y te callas un rato?
- Porque no quieres que te deje solo.

Sonreí encogiéndome de hombros y entramos en clase sentándonos en nuestros respectivos sitios.
Era cierto, aunque todos los niños de la clase quisieran ser nuestros amigos, mi único amigo era Harry; y viceversa. El problema era que últimamente nuestro único tema de conversación era la tonta de Lindsay; a la que por supuesto, no pensaba incluir en nuestro pequeño (y cerrado) grupo de amigos. Éramos Harry y Danny, no Harry, Lindsay y Danny...

- Eh, mira.

Miré hacia donde señalaba el dedo de mi amigo y vi a dos niños rubios entrar con la mirada clavada en el suelo.
Probablemente eran nuevos, nunca los había visto y sus caras parecían tener un cartel florescente en el que estaba escrito en mayúsculas "Soy nuevo, pégame".

- Gente nueva. - reí mirando a Harry.
- Por fin algo divertido...
- ¡Chicos, silencio! - gritó la profesora - Quiero presentaros a vuestros nuevos compañeros.

La señora Parker se llevó más de quince minutos presentando a los dos rubitos mientras Harry y yo planeábamos mentalmente la bienvenida.
No existía cosa más divertida para nosotros que molestar a los nuevos, y más si eran tan tontos como esos.


La hora del recreo había llegado y buscábamos a los nuevos sin ningún éxito. ¿Acaso podían hacerse invisibles? No estaban por ningún lado.
Cuando quedaban escasos minutos para que tocara el timbre que anunciaba el final del recreo, los vimos sentados en un banco comiéndose su bocadillo.

- ¡Hola! - exclamamos Harry y yo a la vez.
- Ho-ho-hola...
- Soy Daniel, pero me llaman Danny. - dije - Y este es mi amigo Harry.
- Yo soy Tom, y él es Dougie.

Vaya, Tom y Dougie.
En aquel momento creo que por la cabeza de Harry y por la mía pasaban las mismas preguntas, y ninguno de los dos se iba a quedar sin la respuesta.

- Oye, ¿tú tienes complejo de perro? - le preguntó Harry a Dougie - Por el nombre digo...
- Y-y-yo...
- Y a ti te gusta mucho comer, ¿verdad? - le pregunté yo a Tom.

Ninguno de los dos respondió, ambos bajaron la mirada casi llorando y esperaron a que nos fuéramos de allí.

- Eh, no seáis maleducados.
- Yo no soy maleducado. - respondió Tom - Eso eres tú, que me has llamado gordo.
- No te equivoques, sólo he dicho que te gusta comer, bola de sebo.
- ¡No le insultes! - gritó a su manera el otro.
- Si no paras de ladrar, tito Harry no te dará la galletita.

Empecé a reír de forma escandalosa mientras los dos amigos aprovecharon para salir corriendo. Al parecer nos íbamos a divertir muchísimos con aquellos dos...

Fin Flashback

Así fue como empezó todo.
Por aquella época yo me dedicaba a insultar a todos los niños de mi clase...me metía con ellos sin motivo alguno y aunque no era consciente, les hacía daño.

Es cierto que Tom estaba rellenito y que Dougie no es un nombre muy común, pero...¿en qué pensábamos Harry y yo para tratarlos así? No teníamos ningún motivo, pero seguimos haciéndolo día a día. Cada semana, cada mes...e incluso cada año.

Sí, pasaron los años y seguíamos metiéndonos con ellos.
El resto nos daba igual, sólo acosábamos a Tom y a Dougie, supongo que eran los más cobardes y eso nos hacía sentir mejor.
Pero un día, siete años después (es decir, el año pasado), Harry cambió repentinamente y dejó de ser "el matón". Yo decidí seguir siendo gilipollas...

Flashback

Habían pasado siete años desde que Tom y Dougie entraron en el colegio, así que ahora yo tenía quince y Harry dieciséis; pero nuestra actitud frente a ellos no había cambiado.
Tom seguía siendo un empollón con demasiada panza, y Dougie un freak demasiado bajito. Era imposible contener los comentarios y las bromas, imposible.

- ¿Sabes de lo que me he enterado? - me sonrió Harry - Nuestros amiguitos son fanáticos de Star Wars.
- No jodas. ¿La peli de las espaditas láser y del "yo soy tu padre"? - reí fuerte.
- Exacto.

No hizo falta decir más, ya teníamos qué hacer.
Habían pasado bastantes años, nuestra mentalidad no era la misma y ya no hacíamos cosas como quitarles el bocadillo; esta vez un simple folio era más que suficiente.
Juntamos dos folios y escribimos bien grande: "STAR WARS, QUE LOS FRIKIS OS ACOMPAÑEN". Seguidamente, lo colocamos con fiso en sus taquillas y ¡tará! Travesura realizada.

- Tío, cada día somos mejores. - susurré.
- Sin duda...

Nos quedamos de pie esperando, queríamos ver la reacción de ambos, iba a ser un momento épico.
La gente que pasaba por el pasillo leía el folio y comenzaba a partirse, todos sabían que esas taquillas pertenecían a Tom y a Dougie; todos se reían de ellos gracias a nosotros.

- Tom... - escuché decir muy bajito al otro rubio.
- Capullos...
- No aguanto más, es un infierno.
- Ya queda menos para que acabemos Doug, podemos aguantar...
- ¡Llevas siete años diciéndome eso! - gritó harto.

Harry y yo los mirábamos desde nuestro escondite, parecían un matrimonio en plena crisis.
Dougie gritaba sin importarle que la gente le mirara, decía todo el rato que no podía ni un día más, que se sentía cada vez peor. Mientras, Tom intentaba tranquilizarlo, pero no lo conseguía.

- Vamos a reírnos de cerca. - me propuso mi amigo.

Yo asentí y nos dirigimos hasta ellos como si nada.
Tom nos miró asustado, como hacía siempre, y Dougie, al darse cuenta de su mirada, se giró para saber qué pasaba. En ese momento el mundo se paró.
Su mirada no expresaba miedo, expresaba rabia. Era como si toda su cobardía se hubiera marchado.

- ¿Qué pasa, discutiendo parejita? - rió Harry.
- ¿Tienes complejo porque nunca has conseguido que Lindsay te eche cuenta y te dedicas a inventar parejas?
- Dougie, qué haces...
- Déjame Tom, estoy harto. - dijo enfadado - Lleváis siete jodidos años usándonos como muñecos, dejándonos psicológicamente echos mierda...¡y ya está bien!
- Mira, yo no tengo la culpa de que te tomes a mal las bromas. - contestó Harry.

El pequeño rubio abrió muchísimo los ojos, cosa que me hizo bastante gracia.
Comencé a reír y al poco tiempo mi amigo me siguió, pero ellos dos seguían totalmente serios e inmóviles.

- ¿Bromas? Era una broma cuando venías y me arrebatabas mis caramelos de menta. Era una broma cuando pinchabas mi pelota de plástico...e incluso lo era cuando me cortabas un mechón de pelo. - dijo rápidamente - ¡Pero dejó de ser broma hace mucho! ¿No te das cuenta de los que sois?
- ¿Qué somos, listo?
- Dos gilipollas envidiosos que se dedican a acosar a los demás porque no pueden con sus complejos. ¿Por qué no os aceptáis a vosotros mismos y ya luego os metéis con los demás?

No sabría decir quién estaba más perplejo, si Harry y yo, o su propio amigo.
Dougie había hablado en diez minutos más que en toda su vida. Y aunque yo no sufrí ningún cambio después de esa insignificante charla, al parecer para Harry fue un gran toque de atención...

Fin Flashback

Desde esa charla, Harry empezó a distanciarse de mí y se hizo amigo de ellos dos. ¡De Tom y de Dougie! ¿Existía algo más ridículo? Sí, yo mismo.
Dejé de acosarles públicamente porque estaban con Harry, que a pesar de todo era mi amigo, pero Tom no pudo librarse de mí.

Todos los días a la salida me iba detrás suya y le insultaba hasta que se ponía a llorar.
Un chaval con dieciséis años (uno más que yo) llorando...me parecía tan ridículo que el siguiente paso era pegarle. Digamos que era algo automático, siempre lo mismo. Todos los días, a la misma hora...hasta que llegó el verano y decidí que pararía. No quería pasar más días solo sin Harry...quería a mi amigo de vuelta.

El curso comenzó bastante bien, Harry se sorprendió de mi cambio de mentalidad y aunque les costó bastante, Tom y Dougie decidieron perdonarme y me integraron en el grupo. ¿No suena absurdo? Harry, Tom, Dougie y yo siendo amigos. Con lo mal que me porté...en aquel momento me dio coraje que fueran tan buenas personas, me sentí una mierda.
Todo fue genial hasta ayer.

¿Que qué pasó ayer?
Muy simple: Tom se suicidó.
¿Que por qué?
Por un gilipollas como yo.

Cory llegó nuevo a clase el mes pasado, y nada más verlo lo supe: nos haría la vida imposible. Se encasquetó en nosotros cuatro y nos jodía cada día, como Harry y yo hicimos años atrás con Tom y Dougie. Ahí fue cuando empecé a entenderlos y me pregunté cómo aguantaron...

Dougie se quejaba, decía que no estaba dispuesto a pasar por lo mismo, que no aguantaría; Harry repetía una y otra vez que no entendía cómo podíamos haber sido así nosotros, que vaya par de cabrones; yo simplemente me quejaba de los golpes que me daba Cory. Y después estaba Tom, que era el único que nos animaba a seguir. El único que no se quejaba...por eso ésto nos pilló por sorpresa.

Ayer se suicidó dejando una sucia nota:
"Lo siento...de verdad que lo siento por vosotros, pero no puedo más.
Sabéis perfectamente lo que es vivir así. Sobre todo tú, Doug, llevamos mucho tiempo sufriendo ésto y yo no estoy dispuesto a seguir soportándolo.
Espero que de alguna forma paréis a Cory...hasta siempre"

Y ahora no puedo evitar sentirme la peor persona del mundo.
¿Qué habría pasado si yo no hubiera empezado con todo? Si yo nunca hubiera acosado a Tom, ¿se habría suicidado? Probablemente no...no puedo parar de pensarlo. Yo podría haberlo evitado...

Lo único bueno de todo es que Cory no nos va a molestar más, estoy seguro. Y si nos molesta, me da exactamente igual.
No me importa lo que me hagan, estoy vacío. Porque después de todo, Tom era uno de mis mejores amigos, y que haya optado por la opción más cobarde lo ha cambiado absolutamente todo.

2 comentarios:

  1. Carmen Pov, escribes tan bien que me has hecho llorar, en serio, me ha gustado esta historia (por supuesto no lo que pasa, que es un tema super duro) sino como la has escrito...
    Está genial en serio!
    estaré más atenta a este blog tuyo :)

    P.D: GRACIAS POR DEDICARLO (L)

    ResponderEliminar
  2. Joder Carmen, me encanta como escribes pero...por dios, aunque suene exagerado, no puedo parar de llorar...y es que además me identifica y...buff.

    ResponderEliminar