martes, 6 de septiembre de 2011

Bipolar. Parte dos.

Pues eso...parte dos, la tres la subiré pronto también. Ya que lo tengo escrito y que nadie me lee..(a excepción de tres personas, gracias :3) pues subo rápido. Hope you like it!


¿Nunca te ha pasado que de repente algo que odias se convierte en tu adicción?

Llevo más de un mes jugando a ser el canguro de un chaval que tiene un año menos que yo. Hasta ahí, nada tiene sentido.
La peor parte llega, cuando ese chaval no soporta ni que lo mires. Llega a ser tan incómodo que me dan ganas de tirarme por el balcón, pero no es que sea muy alto.

- ¡Danny! - me gritó mi novia sacándome de mis pensamientos.

- ¿Qué, qué pasa?

- Mi tía ha tenido un accidente y voy a ir con mi madre al hospital...¿puedes...

- No, no no no. Ni en broma, es que ni aunque me den dinero. - contesté rápido - No pongas ojitos Jazz, no pienso pasarme Dios sabe cuántas horas con tu hermano. No.

Me llevé negando su petición más de diez minutos, y aunque empezaba a estar cansado no iba a rendirme.
¿Quedarme con eso? No, no estaba dispuesto. Esta vez ni polvo ni nada, ya podía hacer lo que quisiera que no iba a convencerme.

- Vamos Dann...no será mucho tiempo. - me dijo remolona - Por favor...

- He dicho no.

- Cuando vuelva tendremos tiempo para nosotros...de verdad. - se acercó a mi oído y susurró - Podremos hacer todo lo que quieras.

Probablemente ya os lo hayáis imaginado, pero sí, accedí.
La última frase hizo que algo (cuya situación geográfica está debajo de mis calzoncillos), se despertara. No pude evitarlo y pronuncié la palabra maldita: sí.

Gracias a la gran capacidad de pensamiento que tiene mi miembro viril, tuve que aguantar al adorado hermano de mi novia; y para colmo, era la hora de la comida.
No tengo nada en contra de comer en compañía (aunque la compañía sea una mierda), pero Sam había dejado caer alguna vez que Dougie era muy especial comiendo.

- ¿Qué quieres comer? - pregunté entrando en su cuarto sin llamar.

Dougie no me contestó, y por primera vez, no fue por ignorancia.
Estaba en la misma posición que el día en que lo conocí, pero esta vez con la cabeza escondida entra las piernas. ¿Le pasaría algo? No me importaba, yo sólo quería saber qué iba a comer.

- Eh, tú. - le di varios golpecitos en el hombro.

- ¿No sabes llamar a la puerta o qué?

- ¿Acaso te habrías enterado con esa mierda?

- La música no es mierda. - dijo muy serio.

- Créeme, lo sé.

- Pues no lo parece. Ahora, ¿qué quieres?

- Que bajes a la cocina y me ayudes a hacer de comer.

Salí del cuarto dando un fuerte portazo y bajé bastante molesto.
¿Pues no lo parece? ¿Quién era él para decir lo que parece o no? ¿Quién era para juzgarme? Ah sí, un niñato mal criado que se creía lo mejor del mundo.

Eso era lo que más me molestaba de él, su ego.
Entre todas las personas con personalidades detestables que había conocido en mis dieciocho años de vida, él se llevaba el premio a la peor.

- Arrogante, idiota, pesado, borde... - susurré mientras sacaba una cerveza - ¡Y siempre a la defensiva el muy anormal!

- Yo no estoy a la defensiva.

Me giré aún siendo obvio quién era la persona que me había dicho eso y arqueé una ceja como muestra de no estar de acuerdo.
Puede que mi cabeza no estuviera muy bien organizada, pero había algunas cosas de las que estaba totalmente seguro; y una de ellas, era que Dougie actuaba conmigo a la defensiva.

- No, qué va.

- ¿Puedo darte un consejo? - siguió sin echar cuenta a mi negación - Deja de creer que uno de tus idiomas es el sarcasmo, se te da fatal.

Le lancé una mirada de odio y conté hasta diez mentalmente.
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10..¿y si mejor contaba hasta cien? A lo mejor al terminar de contar Jazzie ya estaba de vuelta y yo podía ser libre como una mariposa.

- Te pregunto por última vez: ¿qué quieres comer?

- Me apetece una pizza. - respondió rápido - Pero no hay.

- Pues dime otra cosa.

- No, quiero pizza.

- Yo quiero salir de esta casa, y mira cómo vamos. - repliqué.

- Puedes irte eh, no vendrá el coco.

Por un momento me planteé esa opción, pero la imagen de mi novia diciéndome cosas al oído hizo que me quedara sin pensarlo demasiado.
Dougie era un coñazo, un inmaduro, un imbécil...era muchas cosas, pero no me iba a arruinar mi vida sexual.

- Prefiero quedarme. Ya sabes, por si acaso. - bufó - Voy a comer hamburguesas..¿vas a querer o esperas que el coco te traiga la pizza?

- Espero a que me la traiga. ¿Cuándo vas a ir a por ella?

- ¿Qué? - abrí los ojos a la vez que levantaba ambas manos - Sigue soñando si piensas que voy a ir a por una pizza para ti...es que ni de coña.

- Como quieras, mi hermana no estará muy contenta cuando sepa que me he muerto de hambre.

Cinco minutos después, me encontraba saliendo por la puerta en busca de la pizzería más cercana.
La situación comenzaba a parecerme realmente absurda, me estaba dejando manipular por alguien que hablaba como si tuviera diez años menos. Estaba permitiendo que él ganara, y eso no era posible.

Estuve más de una hora en la calle, muerto de hambre y de frío, esperando a que esa estúpida pizza que Dougie me había pedido se hiciera. ¿Desde cuándo dejan a los clientes esperando en la ventanita esa fuera? Cosas denunciables que nos rodean en el día a día y que a mí me ponen nervioso.

- He vuelto. - anuncié mirándolo.

- Genial.

- Aquí tienes tu pizza especial con mucho pimiento, poco queso y lo justo de tomate. - se la puse en la mesa - ¿Puedo comer ya?

- Claro, no hay nada que te lo impida, ¿no?

Su tono. Su maldito tono de voz.
Esa forma de contestar sarcásticamente siempre que hablaba conmigo o de vacilarme en cualquier tema, sin importar si llevaba razón o no. Creo que mi odio hacia Dougie es totalmente comprensible.

Fui a la cocina en busca de las hamburguesas que había dejado en el microondas, y cuando lo abrí no había nada.
Mi plato, el plato en el que había dos trozos de carne protegidos por esos panes con pipas en la parte de arriba, no estaba. Mi comida NO estaba. ¿Me estaba gastando una broma o mis hamburguesas se habían puesto la capa de invisibilidad?

- ¿Dónde está mi comida? - le dije serio.

- Tú sabrás, si eres despistado no es mi culpa. Eso a la peluca esa, que te deja más tonto...

- Dame-mi-comida. - ordené - Con la comida no se juega.

- Frase sabia, con la comida se come.

- ¡Que me la des!

- ¿Pretendes que vomite?

Me costó más segundos de lo normal pillar el por qué de su pregunta, pero en cuanto entendí que se había comido mi almuerzo, todo mi cuerpo se tensó.
Que conste que no me enfadé por no tener qué comer (que también), si no porque me había hecho recorrer más de tres calles en busca de esa asquerosa pizza que ni si quiera a él le gustaba sólo para joderme y comerse mis hamburguesas.

- ¿Me explicas de qué coño vas, Dougie? - pregunté acercándome.

- Tranquilízate, no es mi culpa que hayas tardado tanto...

- No me tranquilizo, porque me tienes hasta los huevos. ¿Ves normal que me haya llevado una hora en la calle para ésto? Dime si lo ves normal, por favor.

- Pues no sé, ¿tú qué piensas? Yo opino que las hamburguesas estaban muy ricas.

Esa frase hizo explotar a mi botón de autocontrol y me acerqué más de lo debido agarrándole con fuerza por la camiseta.
Le miré a los ojos intentando descifrar por qué, por qué tanto odio hacia una persona a la que no conocía de nada. Por qué tanto desprecio hacia mí.

- Hay más hamburguesas en la despensa.

- ¿No entiendes que me suda la polla comerme un trozo de carne? - le zarandeé - ¡Que me estás jodiendo los días desde que te conocí y sin motivo!

- Suéltame.

- ¿O qué? ¿Suéltame o qué?

- O me pongo a gritar. - me amenazó.

- Oh, te va a escuchar tanta gente que ni van a caber en la casa. - ironicé - Te recuerdo que tu hermana y tu madre están en el hospital. Lo que no sé es por qué no estás tú con ellas...¿no es tu tía? ¿También eres un sobrino de mierda y por eso no vas?

Era consciente de que mis palabras podían hacerle daño a una persona normal, pero estaba más que convencido de que a él no le afectaban lo más mínimo. Es más, pensaba que él ni escuchaba lo que le decía, pero me equivoqué.

Me di cuenta de que estaba equivocado cuando su mirada, aún clavada en mí, expresaba algo que no era odio, si no tristeza. Cuando el gris se empezó a rodear de pequeñas lágrimas y el labio le temblaba superficialmente. ¿Iba a llorar?

- Olvida eso. - me disculpé indirectamente soltándole.

- ¿Por qué, acaso no es la verdad?

- No lo sé, yo no te conozco. Lo he dicho porque pensaba que no te haría daño.

- Vaya, qué buena persona.

Me fui de nuevo a la cocina ignorando sus palabras y me apoyé en la encimera bastante agobiado.
¿Qué mierdas tenía ese niño en la cabeza? ¿Era feliz? ¿Se quería tanto como demostraba ante mí? Demasiadas preguntas, y en mi cabeza, ninguna tenía respuesta. Tampoco me interesaba encontrarlas.

Estaba harto.
Yo no tenía por qué cuidar, ayudar o lo que fuera a Dougie, no tenía. Nadie me ponía una pistola en la cabeza por ello, tampoco era de mi familia ni me importaba lo más mínimo. Por lo que...¿qué hacía allí?

- Que sepas que tú tampoco dominas el sarcasmo. - espeté antes de abrir la puerta - Si te da la gana, dile a tu hermana que me llame luego.



Por culpa de esa tarde, me cayó una bronca descomunal y dos días sin darle cuerda a mi cajita de música. (Sí, estamos hablando de mi soldado particular)
Jazzie se enfadó porque dejé a su hermano solo y no había cumplido la promesa de estar con él hasta que ella volviera.

- Lo siento. - le dije.

- Deja de pedir perdón Danny, sabes que ya está olvidado.

- Si estuviera olvidado no me obligarías a hacer ésto.

Estábamos a dos pasos de la habitación de su hermano, a la que yo debía de entrar con una gran sonrisa (por supuesto fingida) y pedir perdón. YO. A ÉL. Sin sentido, ¿verdad? Pero sí, lo iba a hacer. Porque sí, todo tenía su recompensa.

- No seas bruto y limítate a pedirle perdón. - me aconsejó Jazz tras besarme.

- ¿Quieres algo? - asentí - Supongo que te tengo que dejar pasar...

Dougie abrió la puerta no muy animado y entré sin tocar ni fijarme en nada.
Mi único objetivo en ese momento era hacer el ridículo para así poder darle de comer a mi pequeño amigo.

- Voy a ser breve. - le dije - Tu hermana me obliga a pedirte perdón, así que...lo siento.

- Gracias por tu perdón falso. ¿Quieres un pin de la Esteban? Los tengo personalizados.

- Muy gracioso. ¿Me disculpas o no?

- Claro que no. - respondió - Y ahora, te invito con toda mi bondad a girar el pomo de la puerta y salir. Gracias por su visita.

Cerré los puños enfadado.
No entendía cómo lo hacía, pero conseguía que me enfadara en menos de diez segundos con una simple frase. Era tan repelente...

- No me voy hasta que no me digas qué te pasa. - medio grité - ¡Tú tienes un problema tío! Y el problema es que juzgas a la gente sin conocerla, o por lo menos a mí. Por qué conmigo eres el antipático y cabrón, ¿eh? Que yo sepa no he hecho nada para caerte mal, pero claro, como tú eres el mejor pues...haces lo que te de la gana.

Esperé, esperé más de dos minutos a que me dijera algo.
Esperaba un grito, una broma de mal gusto e incluso un puñetazo en el ojo que hubiera sido tan nulo como intentar estornudar con los ojos abiertos.
Pero no dijo nada. Se sentó en la cama, cruzó las piernas al estilo indio y miró por la ventana, como hacía siempre.

Esta vez sus ojos volvían a expresar tristeza, miedo...desengaño.
Se podía apreciar en cada capa de color un sentimiento distinto, pero ninguno era bueno. No podía entender esos cambios...eran demasiado raros.
Como no le vi con ánimo de contestar, me dirigí hacia la puerta, y cuando estaba a punto de salir, su voz llamó mi atención:

- ¿Has leído alguna vez Memorias de Idhún?

- No. - respondí girándome.

- Pues aunque no me entiendas, yo sería como Kirtash.

Volvió su mirada para la ventana y no tuve más remedio que salir sin comprender una sola palabra.
Aunque cuando vi a Jazzie eso dejó de preocuparme, la agarré de la cintura acercándola bruscamente hacia mí y empezó la diversión.

7 comentarios:

  1. Me encantaaaa!! Jo, quiero la tercera parteee Sube prontoo ^^

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  2. ¡Me gusta! ¡Me gusta! La referencia a Memorias de Idhún me ha encantado, ya me imagino a Danny como a Victoria xD Enamorado de ambos jajajajajaja

    Sube pronto please :D

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  3. lo de memorias de idhun es genial!! me gusta mucho como escribes y espero la tercera parte pronto.
    chao

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  4. Dioossss! esta genial!! *-* Me encanta, me encanta!
    Lo de Memorias de Idhún me he puesto a saltar en la silla, literalmente xDD {más que nada por que Kirtash es uno de mis amores platónicos literarios xD}
    Sube la tercera pronto, que quiero saber como sigue! ^^

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  5. Hola, soy Ainhoa, si creo que ya te he comentado por ahi alguna vez, si no lo he hecho que tonta soy...
    Bueno, pues que mientras leia las 2 partes de "Bipolar"
    A sido un poco en plan esa sensación en el estomago de "Voy a Llorar" pues eso...
    Pero luego con alguna borderia me partia el culo...
    Eres genial, solo se m ocurre decirte:
    Gracias =)

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  6. Oh dios, como siempre ha sido más que perfecto *-*
    Por favor, sube pronto.

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  7. Me encanta, siempre que escribes de ellos, danny es el fuerte y dougie es super fraguil y tal..
    esta historia es preciosa..
    y la referencia a Memorias de Idhún ha estado genial!

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