viernes, 27 de abril de 2012

I'm here. Parte dos.

Here we go! :3


Nos dejan a cada uno en nuestra casa y los nervios se apoderan de mí.
No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento y no quiero entrar, no quiero pasar otra noche en vela pensando cómo ocultar lo que siento.

- ¿Qué hago de cenar? - pregunto.

- Eh...lo siento, pero he quedado con Eleanor. La voy a llevar al nuevo restaurante que han abierto en el centro, ¿sabes cuál es?

Asiento rápidamente y entro en la cocina fingiendo que busco algo en el frigorífico.
Claro que sé cuál es, dicen que se va a convertir en el más famoso de la ciudad porque es enorme y bien caro.

- Si quieres puedes venir.

- No voy a ir a sujetar velas, pero gracias. - intento sonar lo más amable posible - Además, ni que fuera la primera vez que salís y me quedo aquí solo.

- Tienes razón, voy a ducharme.

Se va un poco más animado y cierro el frigo apoyando mi cabeza contra él.
Cada día tengo más claro que soy un estúpido. Necesito un cambio, necesito mudarme, alejarme de Louis por un tiempo.

Me hago la cena entre pensamientos cuando lo escucho gritar desde el baño:

- ¡Harry! ¡Hazz! - exclama bien alto - ¿Puedes venir?

- ¡Ya voy!

Sí, se puede considerar que soy un perrito faldero y que hago cada cosa que me pide, pero no puedo evitarlo. Es como si una fuerza sobrenatural me obligara a darle lo que necesita, como si tuviera que ayudarlo por encima de todo.

- ¿Qué? - pregunto detrás de la puerta.

- ¿Puedes traerme una toalla? Se me ha olvidado.

- Claro.

Voy a su habitación, cojo la primera toalla que encuentro en el armario y me preparo mentalmente para entrar.
Nos hemos visto más de una vez desnudos, pero desde que me dí cuenta de que sentía cosas por él, intento evitar situaciones incómodas como esta.

- Aquí tienes. - entro con los ojos cerrados.

- Por dios, ricitos, abre los ojos, que no vas a encontrar nada nuevo.

Hago lo que me dice y veo cómo se anuda la toalla a la cintura.
Recorro su torso desnudo con mi mirada: miles de gotitas de agua lo recorren lentamente haciendo que mi corazón lata con fuerza.

Noto que me he quedado embobado y levanto mi cabeza para chocarme con sus ojos, su pelo chorreando y una pequeña sonrisa.

- Bueno...me-me-me voy. - carraspeo.

Estoy a punto de salir cuando Louis me coge del brazo, me gira y nos fundimos en un intenso abrazo. No entiendo por qué lo está haciendo, pero lo necesitaba. Necesitaba saber que está ahí, pase lo que pase, para siempre.

- Hazza, no olvides nunca que eres muy importante para mí, ¿vale?

- No lo haré, ¿por qué lo dices? - pregunto separándome.

- Es solo que...todo este asunto del bromance me pone nervioso. No quiero que nos obliguen a romper la amistad tan fuerte que tenemos.

- No te preocupes, no pasará. - respondo - Siempre serás mi zanahorio.

Ambos reímos y esta vez sí que salgo del baño dejando que se prepare.
Las ideas de mudarme que habían cruzado anteriormente mi cabeza se van; qué más da si estoy o no enamorado de Louis, somos amigos y eso no puede cambiar.

Me siento en el sofá mirando a la nada y en diez minutos tengo al castaño en frente de mí esperando que apruebe su vestimenta. Está perfecto, como siempre, y hay un detalle que me hace sonreír: lleva mi chaleco blanco.

- ¿Sabes que es mío? Empiezo a dudarlo.

- Claro que lo sé, idiota. Por eso me lo pongo.

Me sonrojo sin poder evitarlo y tras un "nos vemos luego", lo observo salir por la puerta.
Ahora tengo dos opciones: quedarme en casa deprimido o salir a emborracharme solo; y creo que voy a optar por la segunda.

*********

He perdido la cuenta de cuántos chupitos me he bebido desde que llegué a este bar, pero la verdad es que no me importa nada. Todavía quedan muchos, beberé hasta que me olvide de todo, hasta que Louis no exista en mi mente.

Por suerte soy algo inteligente y he escogido un bar que a pesar de encontrarse en pleno centro, está un poco escondido. Nadie parece conocerme aquí, y eso es exactamente lo que necesito. Volver a ser Harry, el que trabajaba para sacarse algo de dinero y podía hacer lo que quisiera cuando quisiera.

Sigo bebiendo cuando me parece escuchar su voz bastante cerca, estoy obsesionado joder.
Está confirmado: voy a necesitar todo el alcohol del mundo para olvidarlo.

- ¿Hazza? - vuelvo a escucharlo - Dios mío, estás como una cuba...

- ¿Lou? ¿Eres tú?

- Sí, soy yo...¿qué haces aquí y en estas condiciones?

- Divertirme. ¿Qué haces tú que no estás con Eleanor?

Su cara cambia repentinamente y frunce el ceño.
Se encoge de hombros, toma asiento a mi lado y pide una copa. Al parecer se une a la fiesta.

- Nos hemos peleado.

- ¿Por qué?

- Le he dicho que no estoy seguro de lo nuestro. - explica - Y se ha vuelto literalmente loca. Ha empezado a decirme cosas como que debería de sentirme afortunado por estar con alguien como ella, una modelo.

- ¿De-de verdad? - asiente - No conocía esa faceta de El...

- Yo tampoco.

Bebe rápidamente otra copa y agacha la cabeza.
Puede que el alcohol esté actuando en mi nombre, pero me levanto del taburete y le doy un fuerte abrazo. Permanecemos así al menos un minuto, pero no quiero soltarme, quiero estar así toda la noche.

- Lou, eres increíble. - susurro en su oído - No le eches cuenta.

- Oh vamos, estás borracho Harry, no sabes lo que dices.

- Lo sé perfectamente, mírate. - me separo quedándome a escasos centímetros - Tus ojos como el cielo, tus mejillas, tu pequeña nariz, esa sonrisa...

Voy acariciando cada parte conforme la voy nombrando.
Louis cierra sus ojos y sonríe tímidamente, el color de sus mejillas se torna rosa y eso hace que yo también sonría.

- Eleanor es tonta por no saber apreciarte. - sigo susurrando - Mucha gente desearía tener a alguien como tú a su lado.

- Enserio, para ya. Mañana no te vas a acordar de nada y empiezo a sentirme idiota.

- Por muy borracho que esté, mañana seguiré pensando lo mismo. Mañana y todos los días, porque te quiero.

No debería de haberlo dicho, pero me he quitado un gran peso de encima.
Mi confesión hace que abra los ojos y nos quedamos en silencio; azul contra verde; nuestras agitadas respiraciones como banda sonora del momento.

- ¿Por qué? - pregunta de repente - ¿Por qué haces esto?

- ¿El qué? Solo he dicho lo que siento. Y no quiero que afecte a nuestra amistad, pero supongo que el alcohol me hace hablar más de la cuenta y...

Me veo interrumpido por sus labios. Porque sí, me está besando. Louis Tomlinson está besando a Harry Styles, y no son imaginaciones mías.

Al principio me quedo paralizado, sin mover ni un músculo, pero él sigue presionando sus labios contra los míos en busca de una respuesta. Respuesta que no tarda en llegar.
Subo mis manos posicionando una de ellas en su mejilla y la otra en su espalda, acercándolo más a mí. Él no tarda en rodearme el cuello con sus brazos y enredar su mano derecha entre mis rizos.

- ¿Qué acabamos de hacer? - nos separamos en busca de aire - ¿Sabes que podrían estar viéndonos?

- Harry, cállate y bésame de nuevo.

Asiento sonriente y volvemos a una lucha que se hace cada vez más intensa.
Esta vez nuestras lenguas comienzan una batalla que no tiene perdedor. Cada vez estamos más pegados (cosa que parecía no ser posible) y puedo notar cómo mi sangre bombea con fuerza.

- Vamos a casa. - suplica, pero no respondo - No me mires así, no dudes. Soy consciente de lo que estamos haciendo, estoy sobrio.

- Pero...

- Joder, te quiero, ¿vale? No es tan difícil de comprender...

Vuelvo a besarlo, pagamos y nos vamos a casa con prisa.
A mitad del camino Louis me coge de la mano con fuerza entrelazando nuestros dedos. Lo miro extrañado; no es que me moleste ni nada por el estilo, pero no me puedo creer que esté haciendo todo esto.

- Te quiero. - repite - Necesito que lo recuerdes.

- Lo recordaré mañana cuando las noticias salgan y Will nos mate.

- ¿Y a quién le importa? El amor es libre Hazza, el amor es libre.

1 comentario: