domingo, 24 de julio de 2011

El comienzo del olvido.

HolaMuybuenasQuétal.
No, como veis en el título, no traigo la parte tres del coso con Dougie. LO-SIEN-TO. Pero ya sabéis cómo soy y..cuando me vienen ideas de OS, las tengo que escribir sí o sí aunque tenga otras pendientes.
Bueno..que..es largo. Y aquí lo más sorprendente de todo: POV Harry y con mucho Pudd. (Sí, creo que estoy enferma hoy..)
MEREZCO MORIR, SEÑORAS. YO, PERSONA QUE AMA EL PONES COMO LA SALCHICHA AMA AL PERRITO CALIENTE..ESCRIBIENDO COSAS PUDD. QUÉ-ESTÁ-PASANDO-CON-EL-MUNDO.
PD: Pronto subiré a The piece is gone..I think so.
PD2: Por favor, si llegáis hasta el final comentad. Me siento muy caca cuando nadie me lo comenta..xDDD Si no es por aquí, por twitter. (@Carmen_pov al habla)
Hope you like it!

Dicen que la memoria es traicionera.
Que con el tiempo va borrando cosas que nosotros no queremos olvidar, que va limpiando momentos que queremos guardar para siempre.
Dicen que selecciona las situaciones más desagradables y las esconde en una caja fuerte para que en algún momento de nuestras vidas, esos recuerdos vengan y nos hagan daño. Dicen que la memoria no dura toda la vida.
Yo nunca creí eso, hasta entonces.

Dougie Lee Poynter es un niño pequeño.
Es un niño rubio y arisco. Tímido y misterioso. A veces distante.
Dougie es un pollito que iba para niña pero se quedó en bebé.

Thomas Michael Fletcher es un cabeza de familia.
Es un hombre responsable y serio. Freak y cabezota. A veces maniático.
Tom es un Dios escondido en cuerpo de humano.

Daniel Alan David Jones es un experimento.
Es un animal pecoso y divertido. Pesado y nervioso. A veces idiota.
Danny es lo más parecido a un mono que puedas encontrar.

Y por último, yo: Harry Mark Christopher Judd.
¿Qué decir de mí? No soy rubio, no tengo pecas, ni cara de no haber roto un plato. Pero eh, tengo unos músculos que ninguno de los otros tres tiene.
Según dicen, competidor hasta la médula y con el ego un tanto subido. Yo sólo opino que hay que quererse, si no lo haces tú, nadie lo hará.
Harry es un chaval que a día de hoy, sabe apreciar cada segundo de su vida.

Personalidades muy distintas, ¿verdad?
Pues ahora júntalas y obtendrás uno de los grupos más queridos hasta hoy: McFLY. Reconozco que al principio pensé que las cosas no saldrían, pero me llené de positividad y bueno, aquí estamos. Después de tantos años y seguimos juntos, aunque no por mucho tiempo. Pero eso ya vendrá luego.

Hace exactamente cuatro meses desde que escribo todos mis mejores recuerdos en un pequeño diario.
No es que sea una adolescente hormonada que necesite escribir sus ligues en hojas con olor a rosa, simplemente ese día consideré oportuno comenzar a escribir esto. Hoy, sigo considerando que es lo mejor que pude hacer.

Cojo el pequeño cuaderno y lo abro por el principio.
¿La primera hoja? Una foto de mi familia en Navidad. Muy simple, muy típico. Pero es uno de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia.
Las cenas en familia me parecían muy divertidas, podía sentir el cariño en cada poro de mi piel. Me gustaban.

Paso de hoja y sonrío.
Aquí empieza mi verdadera historia, en la página dos. Ahí comienzan todos los momentos desde que me presenté a esa audición y conseguí entrar en el grupo. Ahí se describe casi cada minuto desde que nos fuimos a vivir juntos. Sin duda, los mejores años de mi vida.
Y me dispongo a leer:

Me acuerdo perfectamente del primer día en aquella casa.
Muebles antiguos esparcidos por el gran espacio y una tele bastante penosa en el centro de lo que sería el salón. Sí, en los vídeos salía una casa bastante envidiable pero..nadie dijo que viniera ya hecha.
Aunque por esos tiempos, lo único que nos importaba era cumplir nuestro estúpido y arriesgado sueño.

Tom andaba de un lado para otro.
No sé cómo lo hacía, pero cada vez que lo veía tenía un cacharro nuevo en las manos. Supongo que la casa terminó siendo lo que fue gracias a él, que se molestó en buscar lo mejor para nosotros.

- ¿Qué es todo eso? - dije señalando la caja que sostenía.

- Mis figuritas Disney. - contestó - Por cierto, creo que deberíamos de hablar sobre las normas..

Me limité a asentir, ya sabía de qué iba todo eso.
Cuando decidimos irnos a vivir juntos, no nos conocíamos al completo. De hecho, creo que conocíamos el 20% de cada uno.
Pero yo sabía de sobra que Tom no nos iba a dejar ser libres, sabía que iba a imponer sus normas cual madre con sus adorados hijos. Lo sabía desde el primer momento en el que crucé la puerta, por eso no me quejé.

- Bueno chicos. - dijo habiéndonos reunido - Ya sé que acabamos de llegar y eso pero..vamos a vivir los cuatro, juntos. Y tiene que haber algunas normas.

- ¿Normas? - preguntó Danny - Y yo que pensaba librarme de ellas..

- Creo que cada uno debería de imponer las suyas y así todos estamos en igualdad de condiciones. No sé, tres cada uno o cosa así.

Todos asentimos mientras Tom cogía papel y lápiz.
Reconozco que en aquel momento me sentía muy raro. Yo, con diecisiete años, iba a imponer mis propias normas a personas de mi edad e incluso mayores. (Ignoremos el caso de Dougie y su edad) Era exageradamente extraño.

- ¿Las tenéis? - asentimos a la vez - Pues..¿quién empieza?

- Tú, ya que has tenido la idea..

- Está bien. Mis normas son simples, se basan en limpieza, sinceridad y unión. No os pido que tengáis la casa brillante, pero sí que todos colaboremos para que no sea una pocilga. - explicó - Las otras..no sé, me gustaría que fuéramos un grupo unido, ya que tenemos algo muy especial en común, que es la música..pienso que sería genial que fuéramos amigos de verdad. Pero bueno, eso no es una norma, son cosas que surgen..

Obviamente, con el paso del tiempo (dos días), la primera norma fue totalmente ignorada. Manteníamos los sitios compartidos más o menos aceptables, pero nuestras habitaciones eran leoneras con complejo de vertedero.
En cambio, las otras dos "normas", fueron cumplidas a la raja tabla.
A medida que el tiempo pasaba, nos uníamos más y más. Parecía que habíamos nacido para estar juntos, como si algo nos conectara directamente los unos con los otros. ¿Cómo describirlo? Una sensación impresionante.

No escribo el resto de las normas porque no son dignas de nombrar, con decir que la más lógica fue 'Llamad a la puerta antes de entrar, a lo mejor me estoy pajeando y no quiero que lo veáis' de Danny, lo digo todo.

Creo que el primer día no se me olvidará nunca.
Me di cuenta de que Tom, Danny y Dougie eran libros abiertos para mí. No entendía cómo, pero era como que los conocía de toda la vida. O bueno, eso me parecía.

Probablemente el recuerdo que más marcado se me quedó de aquel día surgió por la noche, cuando escuché sozollos que provenían de la habitación de Dougie. Sí, estaba llorando. Era un niño, literalmente. Quince años. ¡Siempre me pareció una locura que viniera a vivir con nosotros! Y encima justo cuando pasó lo de su padre.
Entendí que llorara, y aunque no hubiera cosa que deseara más en ese momento que entrar y abrazarlo, me fui a mi habitación dejándole llorar solo.

Respiro hondo y cierro el cuaderno.
Se me encoge el corazón cada vez que pienso en aquella noche. En lo poco que pude dormir porque me imaginaba a Dougie hecho un ovillo en su cama. En lo mal que me sentí por haberlo dejado solo, provocando que sus sollozos se quedaran grabados en mi mente.

Dougie, Dougie siempre fue especial. Desde el principio.
Desde esa noche, hubo algo que me hizo sentir que tenía que protegerlo. De todo y de todos. Sabía que esta mierda de mundo no estaba hecha para él, y lo único que podía hacer era no dejarlo solo nunca más.

Y así hice.
Poco a poco conseguí que me quisiera tanto como lo quiero yo a él.
¿Conocéis esas bolitas de chocolate que son adictivas? ¿O las canciones de los anuncios que no puedes parar de cantar? ¿El sabor de la coca cola? Pues así es Dougie. Te engancha desde el primer momento y sabes que no vas a poder dejarlo. Lo sabes, quieras o no, estás seguro de ello.

Yo quería a Dougie. Danny quería a Dougie. Tom quería a Dougie.
De alguna manera, todos luchábamos en silencio por ser su favorito; y al principio de todo, Danny ganó ese puesto.

Tenían..algo. Magia. Se querían mucho, se veía desde fuera.
Podía ser el peor día de la historia, que Danny conseguía sacarle una sonrisa al enano. Tenía ese poder en él, era como si fueran la misma persona. Y no exagero. Parecían no necesitar a nadie más cuando estaban juntos, parecían completarse mutuamente. Pero a mí me daba igual.

Después vinieron los días en los que Danny y Tom se pasaban horas y horas componiendo, sacando nuevas canciones que en meses serían un éxito.
Y entonces yo aproveché y me uní más al pequeño de la familia. ¿Y sabéis qué? Funcionó. Conseguí arrebatarle el puesto a Danny y colocarme en primera posición, como siempre hacía.

Creo que Danny se enfadó o pasó del tema, o no sé.
A día de hoy, puedo afirmar que sigo sin conocerlo del todo.
Es uno de mis mejores amigos, sé lo que piensa en algunas situaciones (sí, aunque no lo creáis piensa) y me ha demostrado que puedo contar con él siempre que lo necesite. Pero nunca conocerás la verdadera cara de Danny Jones, nunca.
Con el paso del tiempo he comprobado que no es que sea bipolar, simplemente cambia según eso ayude más o menos a la gente. Parece que no, pero Danny piensa más en el resto del mundo que en sí mismo.

A partir de entonces, nos separamos en dos grupos: Flones y Pudd.
A Tom no le gustaban las separaciones, creía que podía afectarnos y decía que daba la impresión de que los demás no nos lleváramos bien. Aunque en parte era cierto, Tom sabía perfectamente que su relación con Danny era diferente. Y si no lo sabía, era tonto. Pero como no es el caso, pues..

Tenían y tienen esa conexión envidiable.
Esa capacidad de leerse las mentes, de sentir ambos lo que siente el otro. Ese algo que Danny tuvo con Dougie años pasados.
Y que a pesar de todo, yo creo que siguen teniendo. Por mucho que no lo admitan, la magia nunca se pierde, y si no que se lo digan a J.K. Rowling.

A día de hoy, cuando leo las páginas de este diario siento que algo falla.
Siento que debo decirles lo que pasa para que no les venga de improvisto, pero me da miedo hacerles daño. Sobre todo a él, a Dougie.
Pero debo hacerlo, voy a hacerlo.

- Eh..chicos. - digo llamando su atención - ¿Podemos hablar?

Todos me miran extrañados por mi tono de voz y asienten preocupados.
Estamos en casa de Tom, de típica tarde de Domingo en la que el maratón de Harry Potter o Star Wars no falla. Los Domingos están oficialmente reservados para nosotros cuatro, nadie más.

- Es que..tengo que contaros algo.

- Adelante. - dice Tom.

- No sé cómo decirlo..pero por favor, hasta que no termine no digáis nada. - suelto un suspiro y comienzo - Hace unos meses Izzy me obligó a ir al médico. Ya sabéis, ella y su obsesión por los análisis y las pruebas estúpidas. Como siempre, le hice caso y..me enteré de lo que os voy a contar ahora.

- ¿Qué? - pregunta Danny - ¿Te..te pasa algo?

- He dicho que no me interrumpáis..tengo Alzheimer. - Todos abren la boca y yo continúo - Yo..bueno, sé que debí decíroslo en aquel momento, pero no quería joderos la existencia. De hecho, ahora tampoco quiero pero..mi conciencia no se sentía bien incumpliendo la norma de la sinceridad.

Tom sonríe levemente. Sé que en este momento se le pasan todos esos recuerdos por la cabeza.
Lo miro fijamente y coloca su mano en mi pierna derecha, sé perfectamente lo que quiere decir. Desde un principio lo supe.

Tom es la típica persona que crees que no existe, que tiene demasiadas cosas buenas como para haber sido creada. Es un amigo de los que hay que conservar para siempre.
Desde que lo conocí, me di cuenta de que las personas como Tom son de oro, y no hay que perderlas nunca.

- Yo..yo..no sé qué decir. - dice Danny.

Sonrío.
Sonrío porque él nunca sabe cómo afrontar las cosas al principio. Y menos cosas como ésta, que por mucho que yo quiera, no tienen solución.
Y eso es lo que más le jode a Danny, puedo verlo.
Él siempre encuentra una solución a los problemas de la gente que quiere, por muy difíciles que sean. ¿Pero al mío? Al mío no puede darle una solución y eso le hace daño.

- No pasa nada. - susurro - De verdad, no quiero que estés triste Dan, tú eres Don Sonrisa Andante.

- Pero Don Sonrisa Andante necesita a ojos bonitos para sonreír.. - asimila sus palabras y continúa - Vale, eso ha sido demasiado cursi, ¿verdad?

- Ni te imaginas cuánto.

- ¿Hacemos como si no lo hubiera dicho? - sonríe.

Asiento y segundos después tengo al pecoso encima dándome uno de los abrazos más sinceros que me ha dado nunca, al que poco después se une Tom.
Hacía tiempo que no nos dábamos un abrazo sincero de grupo, pero faltaba algo. Faltaba alguien.

- ¿Dónde está Dougie?

Miramos a nuestro alrededor y escuchamos un portazo arriba.
El muy idiota se ha enfadado porque lo hemos marginado y se ha metido en su habitación como un niño pequeño, seguro.
Subo negando con la cabeza y entro sin llamar.

- Fuera.

Está tirado en la cama boca abajo, con la cabeza totalmente hundida en la almohada.
Ha intentado que su voz suene firme para que no lo sepa, pero sus hombros lo delatan: está llorando. Y llora por mí.
La escena de la primera noche vuelve a mi memoria..

- Eh, Doug, ¿por qué lloras? - digo sentándome a su lado.

No obtengo respuesta.
Conozco a Dougie como si fuera mi hermano pequeño y sé que me va a costar más de una frase sacarle un 'nada', y más de una caricia en el pelo que me diga lo que le pasa.

- Venga..cuéntamelo..no seas niño.

- No me pasa nada. - dice casi sin voz.

Diiiiiiiin. Punto para Harry.

- ¿Piensas que soy tonto? - asiente torpemente - Já, muy gracioso. Pues no lo soy, y no me iré hasta que no me lo cuentes.

Me tumbo a su lado mirando al techo y veo que no mueve ni un músculo.
Pretende que me vaya, que le deje llorar tranquilo y no lo moleste en muchas horas, pero no voy a hacer eso. Nunca lo haría.

- Me lo vas a terminar contando. - susurro acariciándole el pelo - Y lo sabes.

- ¡Está bien, está bien!

Se levanta mirándome con los ojos enrojecidos y se pone en la misma posición que yo.
Mira al techo. Suspira. Vuelve a mirarlo. Vuelve a suspirar.
No sabe qué decir, no sabe cómo voy a reaccionar.

- ¿Por qué has tardado tanto en decirlo? - pregunta finalmente.

- Ya os lo he dicho, yo..

- Harry, tú nunca nos joderías la existencia.

Giro la cabeza en busca de su mirada pero sigue mirando el techo.
Está avergonzado, puedo verlo en el color de sus mejillas.

- Puede que no, pero por si acaso. - digo haciéndole sonreír - Anda, ven.

Me hace caso y paso uno de mis brazos por encima de sus hombros abrazándolo. Me encanta cuando estamos así, cuando la conexión también existe entre Harry y Dougie. Cuando sé que es mi mejor amigo y quiero protegerlo.
Pasa su brazo por encima de mi cintura y me aprieta fuerte contra él. Tiene miedo, lo siento temblar.

- ¿Qué va a pasar? - pregunta apoyando su cabeza en mi pecho.

- ¿Cómo que qué va a pasar, Dougie?

- ¿Te vas a olvidar de mí?

- No seas tonto, yo nunca haría eso. - le contesto - Puede que la enfermedad quiera borrarte pero..tengo eso.

Señalo el cuaderno y él sonríe tristemente.
Ambos sabemos a la perfección que por mucho que ese cuaderno exista, la enfermedad gana. Si la enfermedad quiere, Dougie no existirá nunca más en mi memoria. Ni Tom, ni Danny, ni Izzy, ni mi familia.

- Yo quiero leerlo.

- Cuando quieras podemos leerlo juntos.

- ¿Sabes? Podríamos hacer como en El diario de Noah. - responde - Ya sabes, cuando se te vayan olvidando las cosas te lo voy leyendo. Así a lo mejor no te olvidas de ninguno de nosotros.

Río sonoramente y le acaricio el pelo de nuevo.
Dougie nunca va a dejar de ser un niño, por mucho que los años pasen y el cuerpo diga que ya es un hombre.
Yo nunca voy a dejar de proteger a Dougie.

- Harry. - me llama - ¿No tienes miedo?

- ¿Miedo? No, ¿por qué?

- No sé..yo lo tendría. De hecho, lo tengo.

- Tú no tienes por qué tenerlo. Ya te he dicho que no me voy a olvidar de ti.

- ¿Me vas a cuidar siempre? Yo necesito que tú me cuides siempre.

- Lo haré Dougie, sabes que yo nunca te dejaré solo.

Él asiente y puedo notar cómo mi camiseta se moja a causa de su llanto.
Dougie tiene miedo, Dougie está asustado. Dougie necesita que le quieran y le mimen.
Beso su cabeza y susurro muy bajito un 'siempre', mientras lágrimas traicioneras descienden por mis mejillas.
Porque a pesar de saber que quién perderá poco a poco la memoria soy yo, tengo la sensación de que Dougie siempre se lleva la peor parte.

sábado, 16 de julio de 2011

It's not always easy.

¡Hoooooolap! :3
Sé que debería subir la parte tres de la historia esta de Dougie pero..no la he escrito, y escribí el otro día un OS que..bueh, llevaba meses queriendo escribir. Es desde el POV de Danny.
PD: ES UN DRAMA. TRISTE. (O eso intento) LARGO. Avisadas quedáis.

Las gotas de lluvia caen poco a poco. El tiempo en Londres es una mierda, sobre todo los días en los que no te apetece hacer nada y la oscuridad del cielo te pone aún más triste.
Hoy es un día de esos. Y ayer. Y antes de ayer. Y todos los anteriores desde que lo perdí todo.
Estamos en la discográfica, al parecer tenemos que hablar sobre el nuevo disco y no puedo negarme. El trabajo es el trabajo; o eso dicen.

- Yo creo que lo van a recibir bien. - dice Tom - ¿Tú qué piensas, Danny?

Yo no pienso. Yo no existo. Yo no estoy aquí.

- Eh..sí, guay. Gustará y eso.

De todas las respuestas estúpidas que he dado en mi vida (que han sido muchas), esta ha sido la peor de ellas.
Tom asiente no muy convencido y siguen hablando ignorando el hecho de que llevamos horas aquí encerrados y yo quiero irme a casa. Allí estarán mis perros y..nada más.

- Danny..¿qué pasa? - pregunta el enano.

- Nada, estoy cansado.

- ¿Quieres un café?

Asiento y ambos salimos de la sala hacia la cafetería.
Sé que Dougie sabe perfectamente lo que me pasa, sé que él sintió lo mismo y sé que no puede ayudarme; por mucho que quiera.
Pide dos cafés bien cargados y nos sentamos en la primera mesa libre.

- ¿Cómo lo llevas?

- ¿Tú qué crees? - contesto.

- Dan..sé que duele, pero nadie aseguró que Geo estaría contigo toda la vida..

- Ya, pero dos años Dougie..que se dice muy rápido..

Sí, dos años. Estuvimos juntos dos años y entonces me mandó a la mierda. Sin más, porque le apetecía. Porque había dejado de ser su Danny. Y yo no entendía nada; de hecho, sigo sin entenderlo.

- Pero..

- ¡Pero nada! - exclamo - Y encima ahora, que sabe por lo que estoy pasando.

- Creo que exageras.. - susurra - Sé y entiendo que estés mal por lo de Vicky, pero es un accidente sin importancia.

Ya, claro, un accidente sin importancia. ¿Desde cuándo estar enchufada a miles de cables no tenía importancia?
Días atrás, mi hermana Vicky tuvo un accidente mientras iba en su coche. Puedo jurar que era de las pocas veces que no iba borracha, pero al parecer la suerte no estuvo de su lado.
Ahora está en el hospital, dependiendo de todos esos aparatos para poder respirar. Gracioso, ¿verdad?

- Mira Dougie..

- No me digas que no sé nada, porque sí que lo sé. - dice molesto - Pero no termino de entenderlo, tú parecías estar de acuerdo con la ruptura.

Río de forma sarcástica y me tomo mi café en silencio. No quiero decir nada más, no quiero escuchar las palabras del que yo creo mi amigo.
Y es que últimamente parezco estar solo.

Mi familia está día y noche pensando en Vicky, llorando por ella, yendo a visitarla..sin pensar ni un segundo en mí. Y bueno, digamos que en parte lo entiendo. Ella está mal y..bueno, yo estoy igual.
Después están los chicos, mis mejores amigos.
Los que yo pensaba que me apoyarían día y noche tal y como hicieron con Dougie cuando Frankie lo dejó. Pero me equivocaba. Todos piensan que no es para tanto, que estoy exagerando y que pronto encontraré otra, como siempre.

Y ahí está el problema, en ese como siempre.
Piensan que no estoy enamorado, que no me molesta el hecho de que Georgia haya salido de mi vida..piensan que como soy Danny, encontraré otra rubia a la que llevarme a la cama.
Pero se equivocan, se equivocan demasiado.

Llego a casa después de una amarga despedida y los únicos seres vivos que parecen saber lo que siento me saludan a lametazos. Es una pena que no puedan hablar y darme algún consejo.
Me tiro en el sofá y miro las fotos.
Recuerdos. Recuerdos. Más recuerdos. Yo feliz. Yo en el pasado.

Me levanto y cojo una cerveza. Y luego un whisky. Y dos. Tres. Cuatro. Hasta que pierdo la cuenta. Hasta que todas mis paredes dan vueltas y me siento estúpido. Más de lo que me sentía antes. Y la llamo, a ella.

- ¿Sí? - responde dulcemente.

- ¡Mi rubia! - exclamo alargando la 'u' lo máximo posible.

- ¿Da-Danny?

- Bravo, te acuerdas de mi nombre. - río.

- Danny..¿estás borracho? ¿Qué pasa?

- Mi tía por tu plaza.

Río escandalosamente y después de un 'que te jodan', el pitido suena anunciando que me ha colgado.
Y en cierto modo me lo merezco. Porque estoy borracho, porque soy idiota, porque no soy lo suficiente para alguien como ella.

Me levanto pesadamente y cojo algo de dinero. Sé dónde debo ir, no hay que andar mucho.
El cielo ya está lo suficientemente oscuro como para que la gente no se fije en que soy Danny Jones, el famoso cantante y guitarrista de McFly. Además, nadie pensaría que un tipo borracho y en mis condiciones, es Danny Jones.

Llego a la callejuela más sola y silenciosa que se puede haber visto nunca y lo veo. Lo reconocería a kilómetros de distancia, nadie tiene esas pintas.

- ¡Anda! Jones por aquí..hacía mucho que no te pasabas..

- Algo así como dos años.. - respondo.

- Ajá..¿qué te ha pasado?

- ¿Eso qué importa? ¿Tienes?

- ¡Pues claro que tengo! Por quién me tomas..

Ríe de una forma extremadamente molesta y saca una pequeña bolsa con su correspondiente contenido.
La balancea muy cerca de mi cara y yo la cojo rápidamente. Le pago más de lo que debería y salgo de esa maldita calle al paso más ligero que puedo.

Pienso en ir a casa, pero al ver las calles casi vacías y la poca fuerza que tengo por culpa del alcohol, me siento en un banco cercano a un parque.
Y miro al cielo, encontrando nuestra estrella. Estrella que ya no es nuestra porque ella no está conmigo.

- Mierda de todo..

Saco la bolsita de mi bolsillo y pruebo un poco. Es de la buena, sabía que Edrick no me defraudaría.
Empiezo a prepararme la primera tanda encima del banco con un simple billete y pienso en mi hermana.

Y tomo un poco de felicidad.

Ahora pienso en Georgia, en que ya no está conmigo.

Otro poquito más.

En mis amigos, esos que no están ahora mismo apoyándome.

Más, más, más.

Cuando quiero darme cuenta ya me he acabado todo lo que tenía.
La cabeza me da vueltas, pero todavía puedo pensar con claridad y ser consciente de que mi vida es una mierda.

Vuelvo al mismo sitio y Edrick sigue allí, ahora con dos bolsitas más y una sonrisa maliciosa. Le gusta que tome, siempre le ha gustado.
Vagabundeo hasta llegar al parque de nuevo y antes de preparar nada saco el móvil, que me molesta en el bolsillo.

Diez llamadas perdidas.
Tres de Dougie, tres de Harry y cuatro de Tom. ¿Acaso no habíamos terminado ya de hablar del grupo? Llamo al primero y a los pocos segundos responde.

- ¿DANNY?

- Eh..eh..no grites..¿qué quieres? - pregunto despacio.

- Danny, dime dónde estás.

- En la gloria.

- ¡Voy enserio! Nos tienes preocupados..

- Permite que me ría..¡já! - exclamo - Preocupados dice..

- Estás borracho..dime dónde estás y voy a por ti.

Tras mucho discutir, termino dándole la dirección del parque.
Antes de que el enano aparezca, me tomo lo máximo posible. No quiero que me vea metiéndome esta mierda, puede enfadarse. Aunque lo que él diga me da igual.

- ¡Danny! - grita corriendo hacia mí.

- Sin mariconadas rubito..

Mira al banco y ve la última bolsita que no está del todo vacía.
Vuelve sus ojos hacia mí. Hacia la bolsa. Hacia mí. Y así hasta que es consciente de que sí, me estoy drogando.

- ¡Joder, joder, joder!

- No grites tío..

- ¡Danny! ¿Qué mierda haces? - pregunta cabreado - ¡Dijiste que no volverías a hacerlo!

Eso fue hace mucho, cuando las cosas iban bien.
Eso fue cuando Tom, Harry, Ant y él me hicieron ver que lo que yo llamaba 'polvos mágicos' no hacían nada bueno. Eso fue cuando yo les importaba.

- Pues lo estoy haciendo.

- Pero..joder, ¿por qué?

- ¿A ti qué más te da? - pregunto rechistando.

- Me da porque eres mi amigo, te lo recuerdo.

- Recuérdalo tú en el día a día. - le digo - Tú y todos los demás. Que me tratáis como el tonto de turno, el que nunca puede estar mal. ¡Y estoy harto!

Dougie se queda en silencio y yo cojo el resto de felicidad que queda en la bolsa haciéndola desaparecer. Ya puedo sonreír, hasta que el efecto se acabe.

- ¡Para! - grita de nuevo - Me cago en todo. Qué pasa, ¿no recuerdas lo mal que lo pasamos la otra vez?

- Estábamos juntos. Nos recuperamos juntos. Ahora estoy solo.

- ¡Eso es mentira! Me tienes a mí, tienes a Tom, a Harry..a tu familia. Nos tienes a todos. - miente - Aparte, esta vez la cosa no llegará tan lejos.

Pero se equivocó.
Pasaron meses desde esa conversación que Dougie no sacó a la luz. Nadie más supo que ese día Danny Jones se drogó hasta perder la consciencia. Nadie más fue informado de que volvía a meterme mierda. Nadie más pudo salvarme.

Ahora salgo de mi casa ignorando que tenemos ensayo, como cada día.
Voy al paraíso y compro la entrada.
Y tomo. Tomo hasta que el dolor deja de sentirse. Hasta que los músculos no reaccionan y todo lo que veo a mi alrededor son florecitas. Tomo hasta que a lo lejos veo una pequeña sombra; Dougie.

- Otra vez no.. - susurra - Vamos a casa.

- No quiero.

- Danny, no seas idiota. Te estás destrozando.

- Me da igual.

- ¡Pero a mí no! - grita - ¡Vamos!

Tira de mí como puede pero no recuerda que su fuerza no existe. No conmigo en este estado.

- Danny..por favor..

- ¡Que no quiero! - grito yo ahora - Estoy bien, puedes irte.

- No. Vienes o me quedo contigo.

Me encojo de hombros haciéndole saber que la primera opción no es asequible y se sienta a mi lado.
Dougie y yo. En el suelo. Con droga a mi lado. Esto me recuerda a los viejos tiempos.

- ¿Quieres? - le ofrezco.

- Yo no necesito eso.

- Ya, se me olvidaba que tu mundo es perfecto. - contesto molesto.

- ¿Perfecto? ¿Es para ti perfecto no tener a la persona de la que estás enamorado a tu lado?

- No, pero es para mí perfecto que tus amigos estén a tu lado. - le digo - Cuando estuviste como estuviste no te dejamos solo ni un jodido segundo. Te esperamos a que salieras de la clínica por mucho que eso pudiera destrozar al grupo. Y aún así, ahora que estás bien, sigues teniendo toda la atención.

Me mira incrédulo, con dolor.
Pero me da igual. Porque si ellos pasan de mí, yo paso de ellos. Un poquito más de polvo y pasar de ellos no es nada complicado.

- ¿Es eso lo que piensas? - asiento - ¿Estás celoso?

- ¡Celoso! No, simplemente me hace gracia.

- ¿El qué?

- Que por ser el pequeño te tengan como un bebé. - respondo - Que no hagas nada solo porque ya lo hacen otros por ti, que te protejan. Te cuiden, te mimen. Que no te rompas porque los demás no lo permiten.

- Ya me rompí una vez.

- ¿Y piensas que fue suficiente? La vida es mucho más que un desamor Dougie, a ver si maduras.

- ¿Y me lo dices tú? ¿El que se droga diariamente para escapar de sus problemas?

Y ese comentario me jode, me jode de verdad. Aunque lleve este colocón encima, me jode.
Me levanto cabreado y lo miro fijamente. Está sentado, tranquilo. Como si no hubiera dicho nada malo. Probablemente esperando a que uno de sus protectores venga y no le meta en ningún lío.

- Eres un cabrón. - digo cogiéndole de la camisa con fuerza.

- Suéltame Danny, estás mal.

- ¿Y tienes que recordármelo? ¿Tienes que decirme el asco que doy, eh?

- Sólo quiero que te des cuenta.

Furia. Rabia. Calor. El puño cerrado y estampado en su labio.
Me habla como si yo no supiera lo que estoy haciendo, como si no viera mi imagen de fracasado cada mañana frente al espejo. Me habla como si no tuviera ni idea, cuando el que no sabe nada aquí es él.

- ¿Qué haces? - grita otra voz detrás mía.

Es Harry. Otro de mis amigos a los que les importo una mierda. Y detrás está Tom, genial.

- ¡Dougie! - exclama Tom - ¿Estás bien?

- Sí..sólo..eh bueno..

- Ni se te ocurra defenderlo. - dice Harry - Eres un mierdas.

- Gracias, te quiero mucho Judd. - contesto tirándole un beso.

- No me vaciles, ¿estás tomando drogas?

Señalo mis bolsitas y Harry niega enfadado mientras Tom mira la herida de Dougie. Lo observa como si se fuera a desangrar ahí en medio, cuando ha sido un puñetazo sin importancia.

- ¿Desde cuándo? - pregunta Harry.

- No sé..¿desde cuándo, Dougie?

- ¿Tú lo sabías? - pregunta sin creerlo - ¿Por qué no lo dijiste?

- Ya pasó una vez y..yo pensaba que podía ayudarlo..

- Dougie, ¿cuándo te vas a dar cuenta de que Danny no te quiere tanto como piensas? ¿Cuándo? - grita mi amigo cada vez más enfadado.

- ¿Estás diciendo que no quiero a Dougie?

Todas las miradas se centran en Harry, ansiosas por saber su respuesta.
El primero yo, que no entiende a qué viene eso. Una cosa es que ellos no me soporten y otra que yo no los quiera. Son lo único que tengo.

- Tú no quieres a nadie. - contesta - Si quisieras a alguien no te harías ésto.

- ¡Me lo hago a mí mismo!

- ¿Y los demás no sufrimos? - pregunta - ¿Dougie no llora en su cuarto porque su mejor amigo parece otro? ¿Tom no se siente perdido? ¿Yo no gasto mi tiempo y dinero en curarte? ¿O no pasó eso la otra vez?

- Si lo que te importa es tener que soltar dinero, puedo pagarme yo las cosas.

- ¡Eres imbécil!

Le miro lleno de rabia y saco pastillas de mi bolsillo.
No hacen tanto efecto como los polvos mágicos pero me sirven para dejar de escuchar las quejas de Harry y los sollozos de Dougie.
Los sollozos de Dougie. Dougie está llorando. Por mi culpa. Porque no valgo la pena.

Me trago cinco pastillas de golpe sin que ninguno tenga tiempo de pararme.

- ¡Me cago en la puta! - sigue gritando Harry - ¡Deja de hacer el idiota!

- Deja tú de gritar..

- Vamos a un hospital ahora mismo Danny. - dice Tom desde atrás.

- Ni de coña, mi hermana está ahí metida. Y mi hermana me odia, mi familia me odia.

- Eso no es verdad. - susurra ahora a mi lado - Venga Dan..vamos..podemos hacer bien las cosas..

Lo miro a los ojos y veo que está preocupado.
Puede que Tom sienta todavía algo de cariño por mí, pero los demás no me quieren. Nadie. Nadie se preocupa por un yonki. Nadie quiere a alguien problemático al lado. Nadie.

- ¡Déjame!

- Esta es tu última oportunidad. - me acusa Harry - O vienes o desapareces para siempre, tú eliges.

Esperan unos segundos mi respuesta y a pesar de que la tengo muy clara en mi cabeza, respondo la contraria.
Los obligo a irse, a dejarme solo de nuevo. Decido desaparecer de sus vidas para dejar de hacerles daño.

- Tom, no me mires así..prefiero tomar a veros día a día. Y tú Dougie, deja de llorar, que eres una jodida nenaza. Harry..que te jodan, con amor.

Me despido alzando la mano y mostrándoles la sonrisa más falsa que tengo. Ellos me miran con odio, con desprecio, con pena. Incluso con decepción. Puede que esperaran otra respuesta.

Los años pasan, las llamadas no cesan.
Mi madre decide ignorarme y se centra en Vicky, pero el enano no para de mandarme mensajes. En todos dice que le conteste, que le diga si está bien, que Harry está preocupado..pero eso es mentira. Tom hace y dice lo mismo, ambos mienten. Porque Harry no está preocupado, porque ninguno lo está.

Subo al baño y me miro al espejo.
¿De verdad ese que se refleja soy yo? He cambiado mucho. Pero eso no importa.
Cojo todo lo que tengo y me lo meto poco a poco. Una dosis. Dos. Siete. Hola mundo nuevo, adiós problemas.
Pero empiezo a marearme, empieza a hacer frío. Y me sangra la nariz. Y se me seca la garganta.

- No me jodas..

Danny no siente las piernas.

- Necesito un vaso de agua.

Pero Danny no puede andar.

- Venga, ¿qué pasa, sólo Dougie tiene héroes que lo salvan?

Danny tiene frío.

- Vamos, venid..

Danny tiene el móvil en la mano, pero ya no suena.

- Llamad una vez más, por favor..

Y Danny llora. Llora hasta quedarse seco.

- No me dejéis solo..

Llora mientras se le cierran los ojos.

- Por favor, venid a por mí..

Danny no siente. Danny tiene miedo.

- Sabéis que nunca me ha gustado la oscuridad..

Y aguanta. Aguanta hasta que los párpados no pueden más.

- No pienso dormirme, no hasta que hable con vosotros..

Pero Danny miente. Danny cierra los ojos y llora. Danny grita. Danny no puede más.

- Por favor..

Y el teléfono suena una vez más, pero Danny no responde.
Porque su oportunidad ha acabado, el tren pasó y él no lo cogió. El corazón decidió parar y Danny no pudo hacer nada.
Quizás si hubieran llamado cinco segundos antes..

domingo, 3 de julio de 2011

Do you remember? Parte dos.

Aquí estoy con la parte dos de esta historia amorfa.
Creo que este blog no lo lee nadie pero..bueh, yo seguiré subiendo mis chorradas. xD
Hoooooooooope you like it! :)

Me acerco despacio, más despacio de lo que me gustaría.
Tengo miedo de que sea una ilusión y desaparezca en cualquier momento, pero no lo hace. Me regala una pequeña sonrisa insegura demostrándome que es real, que está aquí de nuevo.

- Hola. - dice - Cuánto tiempo..

- Sí..¿y los chicos?

- Tom y Harry no sé, Danny supongo que con Celia, como siempre. - me informa.

Desde el día que nos conocimos, Celia y Danny hicieron muy buenas migas. Todos pensamos que acabarían teniendo algo, y no nos confundimos.
Según Danny, sólo eran 'folloamigos', nada de sentimientos; y según Celia, todo se basaba en ser su groupie número uno, nada más.
Yo sigo pensando que ambos sienten algo fuerte, pero no lo confesarán nunca.

- ¿Y tú? - pregunto - ¿Qué haces aquí?

- Ya sabes, hemos venido a tocar..

- Me refiero a aquí Dougie, en la puerta de mi casa.

Me extrañaba verlo, que hubiera venido a mi casa después de tanto tiempo.
Habían pasado muchas cosas desde aquel día en el que conseguí su número por fingir ser algo que no era, y llevábamos muchos años sin vernos.

- Pues..bueno..la verdad no lo sé.

- Buen motivo.. - digo.

- ¿Te apetece que vayamos a un Starbucks y hablamos?

Asiento sin más remedio, ambos sabemos que yo sigo completamente enamorada y que es totalmente imposible que me niegue a pasar la mañana con él.
El camino transcurre en silencio, y como habíamos hecho tantas veces, me siento en la mesa más cercana a la ventana mientras él pide nuestros cafés.

- Parece que hay cosas que nunca cambian. - susurra entregándome mi bebida.

- Ya ves..

- ¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí? - me pregunta - Creo que en ese momento me empecé a enamorar de ti.

Silencio, silencio de los que asustan.
No quiero decir nada, no me apetece. Yo sigo dolida, recuerdo todo a la perfección..me jode ver que probablemente estamos en la misma mesa que algunos años atrás.

Flashback

Celia había llamado a Dougie nada más llegar a su casa, según decía 'sólo para comprobar que el número no es falso'. Y no, no lo era; habíamos quedado con nuestro grupo favorito para enseñarles la ciudad esa misma tarde.
Lo cierto es que yo no sabía nada de Madrid, había ido tres escasas veces y todas por lo mismo: para verlos a ellos. ¿Pero acaso eso importaba ahora? Quedaban escasas horas para poder verlos de nuevo..

- ¿No crees que lo que está pasando es muy surrealista? - pregunté.

- No lo creo, lo afirmo. ¡Danny Jones me ha hablado!

- Y a mí Dougie me ha dado su número. - le saqué la lengua.

- Bueno, y yo me tiraré a Danny esta noche. - rió.

Conversaciones como esa eran normales entre nosotras, nos podíamos pasar las horas muertas imaginando días con ellos.
Y a partir de ese día, ya no tendríamos que imaginar nada más, porque todo lo que estaba pasando era totalmente cierto.

Llevábamos ya unas horas con los chicos, Celia nos mandaba de aquí para allá, y parecía que los sitios interesantes de la ciudad no acabarían nunca.
Yo, como vaga profesional, estaba demasiado cansada, necesitaba un respiro y nadie me lo daba.

- ¿Qué pasa? - preguntó Harry.

- Aquí..que sois muy activos..

- No te creas, en realidad hay un enano que está deseando parar, pero por vergüenza no dice nada. - rió señalando a Dougie.

- ¡Que lo diga, que lo diga! Seguro que le hacen más caso que a mí y paramos.

- Espera, ¿por qué no vais vosotros a descansar? Si preguntan yo les digo cualquier cosa.

Asentí agradecida y a los pocos segundos Dougie ya estaba a mi lado.
Fuimos caminando hasta el Starbucks más cercano y nos sentamos medio muertos. Al parecer yo no era la única negada para el ejercicio.

- Recuérdame que no salga más con Celia a caminar. - me dijo.

- Recuérdame tú que no salga con tus amigos a ver ciudades.

- No se cansan nunca..

- Ya ves, es algo horrible. - suspiré.

Ambos sonreímos y nos quedamos mirándonos en silencio.
Yo muerta de amor, él probablemente pensando en por qué no iba a pedirle algo frío de beber. Esperé un minuto y al poco tiempo volví con dos vasos bien fríos de café con hielo.

- Espero que te guste. - dije - No sabía que pedir y..

- ¡No te preocupes! - sonrió - Así que..eres una señorita débil..

- ¡Eh, mira quién habla! Como si tú tuvieras mucho aguante..

- No, pero de mí se sabe. - me contestó - Yo creía que las chicas españolas eran mucho más activas.

Mi asquerosa y pervertida mente le encontró segundas intenciones a ese comentario, y mi risa nerviosa hizo de las suyas.
Al parecer a Dougie se le pegó, y comenzamos a reír escandalosamente sin poder parar. Nos quedamos bastante tiempo así hasta que se puso serio mirándome a los ojos.

- ¿Sabes? - dijo acariciando mi mejilla - Tienes unos ojos muy bonitos.

- Nn-n-no..son simples, marrones..

- ¿Y qué? Si supieras lo que brillan y transmiten no te negarías.

Sonreí intentando ocultar que me temblaban hasta las pestañas y él esbozó una sonrisa de vuelta.
Todavía no era consciente de que tenía a uno de mis ídolos delante mía, tomándose un café conmigo. Y para colmo, no era capaz de asumir, que mi mayor amor platónico me había dicho que tenía los ojos bonitos. ¿Estaría en un mundo paralelo?

Fin flashback

Sonrío como aquel día, intentando quitarle un poco de tensión al momento.
Se siente bien volver a tener su mirada, se siente demasiado bien. Pero el hecho de que sus ojos me recuerden cada momento ocurrido en esos años, hace que sienta un pequeño pinchazo en el pecho.